miércoles, 25 de julio de 2012

Apuestas a las sombras- contenido extra 2


Escena de cambio de sexo 1.
-hola guapo-oigo, volteo y es la mujer que mato al camionero, ella sonríe divertida, su mirada aunque atemorizante no me asusta en lo más mínimo. Como sin prestarle atención, aunque espero que se vaya, en lugar de eso se sienta a mi lado fascinada con mi poco interés-soy Danielle Magno.
-¿para que necesitaría saber, tu nombre?-pregunto secamente.
-porque sé que en tu subconsciente quieres saberlo-responde suave, hago un mohín.
-¿te crees síquica?
Ella empieza a decir algo pero mi mirada se queda en su pecho, bonitos senos, mierda no estoy oyendo lo que me dice, tiene que ver con mis ojos y algo de la verdad.
-hey mi cara esta aquí-dice ella señalándose con un dedo, solo entonces la miro, debo tener una expresión de desconfianza escrita en mi mirada.
-sí, lo sé.
-dije que eres indiferente al dolor de las personas-se ríe entre dientes, arrugo el entrecejo.
-¿desde cuándo sabes eso?
-¿crees que no note tu indiferencia a mi última víctima?
-era solo un idiota que no tubo suficientes neuronas para parar cuando te vio acercarte.
-muy cruel.
-¿y tú para que lo mataste?-pregunto con un poco de desinterés, Danielle se lo piensa entornando sus ojos ojerosos.
-quería un bolso nuevo y mi capo dijo que me daría diez grandes si lo desaparecía del mapa.
Es una chiflada.
-y tu necesitabas un bolso nuevo más de lo que ese tipo necesitaba su vida-digo virando los ojos.
-hey no todos somos héroes-se encoge de hombros-además fue rápido y casi indoloro.
-¿quemarte vivo te parece indoloro?-termino con mi taco de un mordisco.
-dije “casi” indoloro y simplemente exploto, si le dolió triste, no soy especialista en matar sin hacer sufrir.
-eres una enferma-algo de desprecio se cuela por mi voz.
-lo he oído muy seguido.
-me voy-digo pero me detengo en seco al percibir algo, Danielle pone su mano entre mis piernas… eso no me lo esperaba, su mano está demasiado cerca de…
-¿en serio te vas? Me sentía sola últimamente-dice y me sonríe casi con verdadera dulzura.
Un escalofrío me recorre, mierda ¡nooooo! De un salto pongo distancia, ella alza una ceja.
-no me toques-bufo agresivamente.
-¿eres gay?
-no, pero estoy poco dispuesto a arriesgarme con la primera loca que encuentre-farfullo rechinando los dientes.
¿Porque tiene que ser tan sexi? ¿¡Porque!? Es una maldición joder, esta tipa tiene que ser un súcubo que me acosa. ¡Ha salido de las profundidades del infierno para arruinar mi vida!
-¿me ves loca?-dice, mi rostro le responde, ella me guiña el ojo-somos tal para cual, porque honestamente pareces un tipo con síndrome post traumático-se pone de pie.
-maldita.
Da un paso hacia mí.
-no seas niña-exige-sabes que quieres.
Pues instintivamente sí, pero considerando que es de la mafia, no querría arriesgarme…. ¿Y si su capo se entera y me vuela la cabeza? ¿¿O queda embarazada y deba estar atado a esta lunática el resto de mi vida??
-aléjate de mi, ¡tu capo debe tenerla más grande que yo!-espeto retrocediendo.
-pues la de él es minúscula, y la tuya no-me señala en mi zona privada, profiero una palabrota sonrojado-por cierto, ¿cómo te llamas?
-Erik Black.
Maldita sea, no lo pensé antes de responder, Danielle sonríe tanto que la sonrisa no debería caberle en la cara.
-oh joder….
-debo felicitarme, mis juegos mentales son la ostia-se regodea cruzando los brazos.
Antes de que continúe salgo corriendo de vuelta a mi casa, ¡no quiero verle la cara otra vez! Si se me hubiera acercado demasiado no se que habría hecho, tomando en cuenta que mis reflejos casi siempre son agresivos, ¡podría golpearla y aunque sea una loca las malditas leyes siempre las favorecen a ellas aunque no sean las victimas! Malditos machistas del carajo que piensa que las mujeres son siempre las que necesitan protección, no saben el daño que le hacen a algunos…
Llego a mi casa y jadeo contra la puerta, espero que Danielle no me haya seguido.
-¿tu casa? Esperaba otra cosa-oigo a su voz decir.
Exclamo un grito y me volteo, para mi consternación ahí esta ella.
-tú, maldita acosadora-escupo con una mano en el pomo de mi puerta.
-gracias, que halagador-dice poniendo las manos sobre sus caderas, señala la casa con un gesto-¿puedo pasar?
-antes llamo a la policía para decirles de tus andadas-mascullo suspicaz.
-sí, tengo mucho miedo-dice mordaz sin darle importancia.
Entro a mi casa y cierro la puerta con fuerza, espero que desaparezca, que no me vuelva a llamar, pero en vez de eso la oigo decir:
-¡serás mío maldito! ¡Amo a los chicos malos! ¡Y cuando te encuentre te enviare mis fotos desnuda por facebook!
¿Al menos no habrán trucos tras esas fotos? Porque cuando menos no me hará daño mirarlas, son solo imágenes, mientras no haga nada con la verdadera Danielle estaré bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario