4-Trazado por los
acólitos
D
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ylam asiente y camina de regreso, Redo parece enojado, no
puedo dejar de sudar al mirar la cara de vacío que tiene el chico al volver
¿muerte? ¿A quién? ¿Por qué? No es mi problema, pero asusta, sus ojos azules da
un miedo sordo, que impide moverse a la victima de ellos y su poder
hipnotizante.
-¿y ustedes quiénes son?-chilla Redo con cara de
irritación.
-como dije antes, cierra la jeta-repite Dylam, Redo
rechina los dientes, es muy temperamental.
El amo se levanta y mira a Redo con sus ojos blancos, el
muchacho tiembla un segundo pero no vacila mas.
Somos
los innombrables, las sombras. Responde. Mañana a la medianoche, los esperamos,
nadie los extrañara, sus días en ese lugar, serán poco mas de unos minutos
aquí, buenas noches…
-¡espera!-grita Julio cuando todo se vuelve negro, en un
parpadeo el negro se convierte en calle, la calle frente a mi casa…
Muevo la cabeza en todas direcciones atónita, de pronto
descubro a Hanon frente a la calle con la boca abierta y totalmente desconcertado.
-esperaba que fuera más especifico-comenta Javier.
Dylam entorna los ojos contemplando el puesto de comida
rápida humeante más adelante. Si tan solo hubiera tenido otro minuto, podría
haber preguntado al amo sobre mi madre…
8:25 pm.
Redo sin decir una palabra se va, Javier y Julio van al
puesto y Dylam los sigue de lejos, sentándose en otra mesa plástica a la espera
de la cena. Hanon no deja de taladrarme con la mirada frente a mi puerta, donde
yazco regresándole la mirada.
Sabe o tiene una idea de que hice.
-dime que no pactaste nada-ruega en tono tembloroso,
frunzo los labios.
-no puedo mentirte.
Hanon rechina los dientes.
-vamos a un lugar menos público, nadie quiere oír nada de
los acólitos.
Asiento, no podría estar más desacuerdo.
8:30 pm.
Estamos en un callejón totalmente oscuro si no fuera por
la luna llena, Hanon sigue preocupado, las comisuras de sus labios parecen
tiesas, formando una dura línea.
-antes que preguntes algo, si pacte, no, no me prostituí,
no estoy loca, no pretendía vender mi alma ni la tuya-digo tranquilamente,
Hanon suspira, pero no luce aliviado.
-tratare de creerme todo eso, bien, ahora yo soy el que
habla-expresa y me empuja a la pared con una mano en cada hombro, de forma casi
intimidante- solo alguien en esta mierda se preocupa por ti, ese soy yo, no
quiero que hagas algo estúpido, si me necesitas llámame, no lo dudes, cuando
vayas a una aventura loca, invítame.
Pestañeo varias veces, no puedo impedir sonreír casi de
forma involuntaria, Hanon se separa mete sus manos en los bolsillos.
-lo recordare.
8:35 pm.
Camino fuera del callejón junto a la venta de comida,
Dylam aun esta donde mismo, paso a su lado. Se reclina en la silla y levanta un
brazo al mesero.
-dos perros calientes, uno para mí y el otro es para la
dama que acaba de pasar-dice, me detengo en seco, esto ya es acoso, lo miro y
él me sonríe con diversión.
-¿disculpa? Cuando yo…
-si no lo entiendes, te estoy invitando indirectamente a
que te sientes, así que, se una mujer normal y siéntate como otra docena de
chicas añorarían-pide y me deja estupefacta.
Cuando creía que ya era egocéntrico.
-yo ya comí.
-uno mas no te hará engordar.
Ir o no ir, el olor de los perros calientes hace agua la
boca, ¿soportar a Dylam y su arrogante egocentrismo valdrá uno de esos?
-puedo pedir que le pongan más salsa y vegetales, tal vez
unos tomates y salsa de rosada-continua, este chico si sabe cómo convencerme…
-eres una rata muy persuasiva…-musito.
-sabes que quieres a la rata, siéntate de una vez y no te
resistas.
8:40 pm.
Deje de ser masoquista y me siento frente a Dylam, no
puedo ignorar su total cambio de comportamiento, hace un rato, parecía ansioso
de matar, no me sorprendería, pero ahora parece feliz otra vez, luce como ayer
en la noche.
Hace el pedido doble para mí y puedo sentir la saliva
gotear por mi boca, como un depredador voraz sediento de sangre.
-¿vas a hablarme algún día?-pregunta.
-no-digo cortante.
-estas mintiendo, acabas de hablarme-lo fulmino con la
mirada, solo juega conmigo. Dylam se ríe entre dientes.
-esos juegos no son graciosos para mí.
-¿escuchas eso?-alzo una ceja.
-¿qué?
-otra mentira.
Bueno ahora si estoy a punto de reírme de verdad, por lo
que aguanto apenas.
8:45 pm.
La segunda cena, como rápidamente, Dylam se toma su
tiempo con calma.
-¿tú que querrías pedir, en caso de que ganáramos el
juego?-rompe el silencio.
Esas preguntas no me gustan, las ojeras del tipo resaltan
sus ojos como un delineador, por ello, su mirada es más insistente que la de
otros, tanto que me siento nerviosa, no porque esté muy bueno solamente, sino
porque considerando que es un asesino de mafia y su deseo termina en la palabra
“muerte” no me gusta que se clave así a mirarme.
-no te incumbe, ya con pensar en el tuyo, se me quitan
las ganas de saberlo-explico fríamente, el se pone serio.
-¿me escuchaste?
-leí un poco tus labios-sonríe levemente.
-¿te gustan mis labios?
-eso no tiene que ver.
-bueno, mis razones tampoco son de las que quieras
saber-dice serio otra vez.
-con lo que entendí es bastante, no necesito saber más
nada, no es que me interese saber nada sobre ti-expongo.
-si te ofreciera una noche conmigo no dirías eso.
-no, en su lugar te patearía entre las piernas-hace un
gesto de dolor.
-no hace falta ser tan agresiva, solo era un comentario.
-no quiero saber nada de ti ni de los acólitos-digo al
terminar mi pan, me levanto-gracias por el bocadillo, te veré mañana.
9:00 pm.
Le doy la espalda y regreso a mi casa, tristemente, no
podre sacudirme a Dylam, ahora su destino está pegado al mío.
Un jodido destino a un incierto, escrito por los
acólitos.
Tras mi turno diario, pienso en que hacer ahora, pronto
estaré metida en un enredo mortal…
Si
me necesitas llámame, no lo dudes, cuando vayas a una aventura loca, invítame.
Las palabras de Hanon me rebotan en los oídos, el es mi
seguro, lo necesito ahora, pero como decirlo… arrastrarlo a una aventura
peligrosa puede que lo asuste, así que tendré que practicar otra táctica, un
tanto manipuladora y tramposa, de un modo u otro lo necesito y lo llevare
arrastrando si hace falta.
No enfrentare el peligro y la muerte sola.
7:00 pm.
Escribo un mensaje a Hanon, tal vez mi mentira sea
exagerada.
Hanon,
ven al frente de la entrada al callejón subterráneo, los acólitos vendrán por
mí y te necesito para tener valor y negarme a ser remolcada al desastre, eres
mi amigo, te lo ruego, ayúdame.
Lo bastante convincente.
7:30 pm.
Veo a mi amigo iluso venir a mí, mientras lo espero
frente a la entrada.
-¡Eris!-grita al verme.
Su grito se funde con el sonido de los cascos del
carruaje acolito venir a por mí, Hanon queda tieso al detenerse a mi lado
cuando lo presiente, lo tomo de un brazo para calmarlo, no parezco alterada,
bueno no lo estoy demasiado.
-cálmate, vamos a estar bien-susurro, ojala.
-¿cómo lo sabes?
-tengo mis razones-el carruaje se detiene con un último
zapateo de los caballos, el acolito nos mira, no sé si estará sorprendido de
Hanon, sus rostro está oculto.
-Eris…-dice Hanon sin dejar de mirarlo.
-yo… tengo que hablarle al amo, sobre nuestro trato-digo.
Eso dará convicción a mi mensaje, el acolito parece
desconcertado, doy un paso atrás donde mi amigo no me vea y hago señas, uso mi
brazo para realizar el gesto de decapitación, una y otra vez con mirada que
habla por sí sola:
Sígueme
el juego. Significa.
El acolito asiente de inmediato.
Si
el viene será bajo su propio riesgo. Dice a mi cabeza.
Acepto con la
cabeza, las puertas del carruaje se abren de forma sorpresiva, Hanon mira el
interior con nerviosismo.
Suban,
los guiare al amo. Miente el acolito en nuestras mentes.
-vamos,
camina-pido y tomo al chico del brazo, Hanon no se resiste cuando lo levo
dentro, pero tampoco es que este muy feliz con esto.
-¿segura que esto es buena idea?-pregunta en tono
irregular examinando el carruaje, vacio de no ser por nosotros dos, con un bramido
de los caballos, el galope continua y el carruaje tiembla levemente por las
sacudidas en el camino.
-estate en paz, el amo no nos lastimara-aseguro, el amo,
a pesar de su aspecto grotesco, no se porto agresivo ni desagradable con
nosotros, no es que confié íntimamente, pero siendo objetiva, el perdería mucho
si nos hiciera daño.
-tratare de creer.
No vuelvo a decir otra palabra.
7:55 pm.
El carruaje se detiene sin más preámbulo.
Las puertas nos dan paso y fuera, no veo el escondite de
los acólitos, veo una calle como cualquiera, salimos vacilantes. Sobre todo yo,
al ver que el suelo es arenoso y que nos hallamos en el terreno de una
construcción abandonada hace muchos años.
Entren,
los esperan. Pide el cochero.
-Eris, dime, que diablos tienes pensado-masculla Hanon
sudoroso.
Una punzada de culpa me aqueja, presiente que algo va
mal, tengo que calmarlo, pero si le cuento la verdad, es casi seguro que huira.
Hago un mohín.
-solo lo que sea necesario para mi bien-respondo y sujeto
su manga-¿me acompañaras? Ya que soy importante para ti.
Hanon vira los ojos en mi dirección y parece confuso, mis
palabras no tienen sentido para él, pero para mí sí, el es necesario y vendrá
conmigo.
-no sé qué está pasando, pero si te ayudara, iré a donde
quieres.
Asiento.
8:00 pm.
Dentro de la construcción veo acólitos rondando, pero
ellos nos ignoran, a Hanon le dan mala espina, como a cualquiera, uno de ellos
nos hace una reverencia y da un gesto de querer escoltarnos, asiento, con un
mal presentimiento caminamos entre los tipos hasta un cuarto vacio y viejo,
donde el suelo rechina y las paredes son grisáceas.
En el otro lado, hay un ascensor abierto y oxidado por el
tiempo, a su alrededor mis compañeros, Redo se apoya a la pared, Dylam tiene
los brazos cruzados dentro del ascensor, Javier tiene un sobre y Julio nos
miran intrigados de porque Hanon está conmigo y el no entiende porque ellos nos
esperan.
8:03 pm.
-¿qué hace él aquí?-pregunta Redo.
-viene a acompañarnos a ver al amo-digo y sin que Hanon
me vea les guiño un ojo, se miran como en una conferencia, Dylam asiente y
sonríe de forma no gracioso sino picara y maliciosa.
Sabe que lo estoy engañando.
-claro, el amo es muy agradable…-asegura entre dientes.
Julio suelta una risita divertida y Javier me taladra con
una mirada que me dice claramente: eres
una tramposa manipuladora, estoy orgulloso de ti.
Mi amigo me mira de reojo.
-soy Hanon Feroz, ¿a dónde vamos?
-al lugar más genial de la tierra-responde Dylam, apenas
percibo su sarcasmo, cualquiera cae creyendo que es enserio.
Suban
es hora. Piden en nuestras mentes.
Todos entramos al ascensor pero Hanon vacila al último
segundo, ¿me dejara? Las puertas se cierran pero Hanon entra justo en el
segundo final. Redo estalla en risa, nos volvemos a él impactados.
-eres un idiota, acabas de firmar tu acta de
defunción-dice y Hanon palidece.
Ese engendro tenía que hablar…. Frunzo el ceño y lo
maldigo con la mirada.
Sujétense,
cuando lleguen, tengan cuidado, los habitantes de ese lugar no son amigables,
resuelvan los acertijos del sobre lo antes posible, buena suerte.
-¿qué dijo?-pregunta Hanon escandalizado.
-la verdad-musito-lo lamento.
Hanon esta espantado, el ascensor se estremece y nosotros
luchamos por el equilibrio cuando las luces se apagan y la gran caja que nos
contiene cae la vacio como si le hubieran cortado el cable de suspensión.
Somos lanzados al abismo.
Hey, me encanta!!
ResponderEliminarEstaba deseando poder leer el capítulo :D, sigue así, que esta muy interesante, jiji.
me alegra que te gustara, :D la cosa se pone buena en el proximo cap, espero que comentes, por lo que mis amigos opinan Dylam los deja asi o.0 XD
EliminarMás interesante??
EliminarXD sí, a mi también me pone asi a veces Dylam. Jajaja
mañana lo publicare, espero q me digas como qdo, q no recuerdo si lo dije, pero no habia dejado que casi nadie lo leyera. :D
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