viernes, 3 de junio de 2011

saludos!! aqui esta los cap 7 y 8 ojala les gusten, po favor comenten!


Saludos a todos, espero que les guste, por favor opinen sobre mi trabajo :D pero sean más específicos, sobre los personajes por ejemplo, que me gusta saber qué es lo que les ha gustado para seguir mejorando.

Buena lectura

Capitulo 7-Las dificultades del secreto

Mientras más tiempo paso en el auto mas quiero salir corriendo, ¿pero ya para que correr? Pronto estaré lejos de Camus, tengo la esperanza de ya no verlo tan seguido.

-es aquí-anuncia Violeta al detenerse frente a un edificio de tres plantas, muy unido a los que tiene a los lados, Camus se detiene sin llamar la atención, eso me agrada, aunque es raro que algo hecho por Camus me agrade.

-se ve parecida a la casa de Keyn y Keny-comenta él cuando el auto queda estático.

Debería estar recuperando algún recuerdo, es mi casa supuestamente, ¡debería recordar algo! Pero no pasa nada, solo siento incertidumbre, por el cercano momento en el que tenga que hablarle a mi familia, gente que no conozco.

-gracias por todo-digo al abrir la puerta.

-de nada, tu madre se llama Amelia también y tu padre se llama Arturo-me avisa Violeta y mira algo mas en el teléfono-y tienes un hermano llamado Temio, espero que eso sea suficiente.

Asiento sonriendo.

-claro, si necesitas ayuda llámame, te debo un favor-ella me devuelve el gesto antes de cerrar la puerta.

Contemplo por un momento como se alejan hasta desaparecer por completo, me doy vuelta y miro el edificio, no sé cómo empezar, estoy en un lugar en el que pronto me encontrare con gente que no conozco pero ellos si me conocen, podría ser un problema explicar mi desaparición. Tras pensarlo por unos breves momentos llego a la conclusión de la mejor mentira piadosa. Es decir “me escape de casa, pero me arrepentí” no se me ocurre nada mejor. Por más que trato de llegar a algo más convincente que eso.

Pienso en correr lejos pero me mantengo en el mismo lugar.

-¿Amelia?-escucho decir a alguien a mi espalda, dudo pero doy la vuelta para ver al que me llamo.

Es un chico de mi edad más o menos, un poco más alto que Zatir, ese tiene que ser mi hermano, sus ojos se parecen mucho a los míos, azul marino, pelo negro brillante, labios carnosos, cejas muy gruesas, mandíbula ancha pero se amolda muy apropiadamente al resto de su cara, fornido y con dientes y piel blancos.

Se queda hay mirándome como si se creyera loco, con toda la razón del mundo, ¿bien ahora que hago? Esta en frente esperando que diga algo. Pero estoy paralizada, atascada en mi misma, pero fuerzo mis labios a hablar:

-¿Temio…? – el sonido del nombre lo saca del shock.

-sí, que… ¡dónde estabas!-exige saber con angustia acercándose rápidamente.

¡Qué digo!

-no necesitas saberlo.

-¿¡como que no!?-pregunta frente a mí, me agarra de ambos brazos y me sacude demandando respuesta.

-¡que no dije!-expreso y me zafo de el inmediatamente, muy a la defensiva y algo molesta- ¡no necesitas saber! ¿¡Estoy aquí no?! Ya con eso debería ser suficiente.

Esta clavado estudiándome, sorprendido de mi conducta, parece que la rebeldía no era parte de mi yo humano. Pero ahora sí lo es, más le vale acostumbrarse.

-que… ¿cómo dices?

-que… no… necesitas… saberlo-repito lentamente, no se lo cree.

-¿qué te pasa? ¿Porque estas tan agresiva?-quiere saber apartándose un poco.

-odio que me traten con domino-le hago saber sin cambiar mi posición.

Se pone incrédulo.

-desde cuando… ¿¡pero porque desapareciste!?-pongo mala cara.

-me escape, no te incumbe el porqué, pero me arrepentí y regrese-hay silencio por unos minutos, cuando Temio procesa lo dicho.

-te busque hasta debajo de las piedras, no puedo creer que no aparecieras.

-solo una cosa, hazme un favor-pido con tono neutro. Dobla el gesto hacia un lado.

-¿cuál?

-jura que no le dirás nada a mama y papa-veo el desconcierto desde sus ojos cubiertos casi por completo gracias a su melena negra. Debo decir que Temio es muy sexi…

-bien, lo juro, ¿qué es lo que quieres?

-perdí la memoria de casi todo, recuérdame todo lo que deba saber de mi misma, pero jamás le digas una palabra de eso a ellos.

Vuelve a quedar petrificado en el interior de su cabeza, pongo los ojos en blanco.

-es broma-dice sin expresión.

-es verdad, lo único que sé es quien eres y quienes son mis padres, ni sé qué edad tengo, ¿bueno dime qué edad tengo?-frunce el ceño.

-19 años, y yo tengo 22-responde sin cambiar el gesto.

Me siento joven, y comienzo a pensar que Temio tomo el papel de hermano mayor sobre protector, controlador y posesivo. Me pregunto cómo habré lidiado con eso antes de ser vampiresa.

-correcto, ¿que mas debería saber?-digo con ansia.

-que…. Mejor vamos dentro allá hablaremos-ya no parece tan dominante, así que ya que lo pidió del modo correcto asiento.

El camina en dirección a casa, permanezco detrás de él, cuando abre la puerta y nos encontramos con el vestíbulo, los suelos son de cerámica y todo lo demás de ladrillos rojos, veo los depósitos donde va el correo y más adelante las escaleras por donde Temio sube. Posa una mano en el pasamano de la escalera, llegamos al segundo piso donde hay una única puerta con una palabra gravada en ella, “Cortes”, no hay duda de que es aquí.

Cuando cruzamos la puerta encuentro la sala, llena de muebles de madera y tapiz de colores pasteles, con tres pasillos disponibles, uno hacia la cocina, otro parece que nos lleva a las habitaciones y el ultimo al baño, las paredes blancas me hacen sentir como si estuviera en un manicomio, pero guardo ese comentario para mi sola, hay tres ventanas, dos en la sala y una en la cocina que puedo verla atreves del arco que inicia en el pasillo cuyo destino nos lleva a esta. Temio me escolta hasta uno de los sofás en el centro de la sala sobre una alfombra de piel que aparentemente alguna vez perteneció a un oso negro. Ambos nos sentamos y no hablamos nada por un par de segundos.

-¿entonces?-empiezo.

-sobre ti… primero, eres mecánica de maquinarias, solías ir a trabajar en las minas de plata que hay cerca de aquí, segundo, te encanta salir por la tarde a algún lugar que nunca puede saber donde, tercero… bueno, eres un poco insociable con nosotros, solías ser muy solitaria, y encerrada en tu propio mundo.

Ya entiendo porque este lugar no me agrada mucho. Lo de mecánica no lo sé, tal vez si leo algo sobre eso recuerde, sobre lo insociable… me parece que eso no me extraña.

-creo que es suficiente información, recuerda lo que te dije, no le hables de esto a mis padres por nada-le repito tajante. El bufa.

-bien.

-¿donde es mi cuarto?-se pone de pie y camina hacia el pasillo de las habitaciones, a rápidas zancadas lo alcanzo y sigo.

Todas las puertas son de madera barnizada, se detiene en una que es algo original, tiene afiches arrancados, y pintado con aerosol tiene escrito Amelia bien grande. Creo que era algo rebelde con lo que no me gusta. Temio abre la puerta y cuando paso dentro sondeo la pequeña habitación con mucha vehemencia. Mi habitación es como el polo opuesto del resto de la casa, es azul eléctrico con una llamativa alfombra negra, la cama esta contra la pared derecha y la ventana a la izquierda, es muy amplia y cuenta con madera como marco, las paredes se encuentran decoradas con afiches enormes que cubren casi toda la pared de lado de los aposentos, el armario esta junto a estos, no hay mesa de noche, mi cama también es muy llamativa, su tono azul oscuro con imagen de grafitis y un vampiro vestido con ropa de motociclista dibujado al estilo manga me deja sorprendida. Pero me gusta mucho. Sobre la almohada veo una lámpara que cuelga del techo como iluminación adicional, Temio se recuesta contra la puerta con ocio, me acerco a la cama y tomo asiento en ella. En el momento que recuesto la cabeza en el cojín siento algo duro, busco debajo y encuentro un cuaderno negro y un portaminas.

-así que hay tenias tu diario-dice Temio con sorpresa.

Examino el cuaderno por un pequeño instante.

-ah y olvide darte algo-continua y se saca algo del bolsillo.

Pongo los ojos como platos cuando veo que trae, un rosario que por alguna razón no me gusta, el sonríe pero eso no causa un buen efecto en mi.

-este es un rosario de cazador de vampiro, si un vampiro lo toca puede sentir mucho dolor, por ello algunas personas los usan para distraerlos y escapar-se aproxima mostrando me esa cosa demasiado cerca.

¡Eso es muy malo! Si se da cuenta de que le tengo miedo a eso sabrá lo que soy.

-quería que lo tuvieras por si acaso-incluye amistosamente.

-gracia… gracias-tartamudeo vacilante cuando él se pone a mi alcance.

Recuerdo el portaminas que sostengo, empleándolo tomo el rosario con nerviosismo de no tocarlo, manteniéndolo muy lejos de mí, como si fuera algo letal. Temio pone cara de extrañado, cuando dejo cuidadosamente el rosario de madera sobre la cama sonriendo forzosamente.

-me lo probare luego-aviso poniendo el collar en el colchón.

Se queda hay mirándome de forma extraña, eso no sorprende, debe creer que me volví loca.

-bien, creo que necesitas un momento para estar…. Sola con tu cuarto-expresa con inquietud. Asiento, entonces él se da vuelta y sale cerrando la puerta a su espalda.

Jamás creí estar tan feliz de que alguien se fuera siendo mi hermano. Reviso el rosario con la mirada manteniendo la distancia. Debo eliminarlo, es letal para mi, si Temio me pide que lo use sospechara, ¡tengo que hacer algo! No pienso muy bien, pero se me ocurre algo aceptable, tomo el collar con el portaminas y dejo la habitación, vigilando la ausencia de mi hermano en la sala, corro a paso humano a la cocina, encuentro una olla sobre el fuego. Ni dudo un instante cuando lanzo el rosario a las llamas, es satisfactorio ver como se incinera, se consume lentamente hasta ser solo unos cuantos pedazos de madera quemada y carbonizada.

-¡¿qué haces?!-pregunta Temio detrás de mí, doy la vuelta súbitamente descubriendo su rostro a pocos centímetros de mío. Si tuviera un corazón que late habría sufrido un paro cardiaco.

Se ve desconcertado pero un poco enojado. Deja de mirarme y enfoca las cenizas del rosario detrás.

-el collar… por… ¿¡porque lo quemaste!? ¿Te volviste loca?-sigue con alteración.

Piensa, piensa, piensa, que decir….

-ese collar no iba bien con mi ropa-me excuso patéticamente. Por un momento pienso que sufrió un colapso mental porque de pronto sus ojos se pierden en el limbo, mirando vacíamente.

-¿quemaste el collar porque no te quedaba bien?-dice en shock-¿oí bien?

-sí, no lo usare y no puedes obligarme-digo y Temio pone los ojos como faros.

-no sabía que fueras tan extrema con la moda.

-hay cosas que no sabes.

Antes de que pregunte mas lo dejo con la palabra en la boca, retorno a mi cuarto y paso el seguro a la puerta. No necesito más interrupción de Temio. Salto a la cama y abro mi diario por curiosidad.

Mi letra es imprenta, muy bonita, procedo a leer la ultima pagina que escribí.

Merbin se escondió en un edificio abandonado luego de su pleito con unos cazadores, es algo agresivo cuando lo ofenden, pero sé que tengo que estar loca para que eso me guste, pero al parecer si lo estoy, porque me excita su habilidad escapista. Creo que debo ir al sicólogo, esto no es nada normal, la belleza toma muchas formas, esa lección no la aprendí muy bien hasta que lo conocí, solo que no soporto cuando se pasa de la raya, puede ser que sea bipolar, porque lo que me gusta a veces es lo mismo que me enoja.

Qué cosa más rara, pero suena como algo que diría, solo me pregunto ¿quién es ese tal Merbin? Suena interesante, mi vida pasada será muy divertida de descubrir. Cuando regreso a la página anterior no puedo creer lo que veo.

Maldito Temio, maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio, Maldito Temio...

Y el resto de la página esta igual. Me pregunto que habrá hecho Temio para irritarme tanto.

-sí, un momento-escucho al tipo del otro lado de la puerta-¡Amelia es mama quiere hablarte!

Esto no me gusta pero si me niego se vería muy mal.

-voy-aviso y me levanto, le abro la puerta y Temio entrega el teléfono de casa. Vacilo pero lo pongo a mi oído, esperando lo peor. Escucho llanto, uno muy fuerte, si tuviera que adivinar diría que alguien se murió.

-¿hola?-pregunto intrigada.

-Amelia… ¿de verdad eres tú?-dice con voz ronca por los sollozos.

-sí, soy yo…

-¡Temio me dijo que huiste! Por dios, creí que te habían secuestrado…

-¡o algo peor!-sigue aun llorando.

-lo sé, cálmate, estoy bien, he vuelto-digo en tono tranquilizador.

-por favor dime que esto no volverá a pasar… te lo ruego, si algo te hubiera pasado no se que habría hecho.

-bien, claro que no pasara de nuevo, ¿donde estas?-trato de reprimir una expresión desagradada, puesto que Temio me está mirando seriamente.

-estamos en casa de tu tío James regresaremos en un par de días-guarda silencio- se que no eres una niña pero haznos un favor a mí y tu padre: hazle caso a tu hermano. Sé que siempre lo haces pero solo me aseguro.

¿Siempre lo hago? Eso no sonó como si hablara de mi, trato de moderar mi forma de hablar y no demostrar disgusto pero no es algo sencillo.

-no te prometo nada, no soy una niña mama, estaré bien.

-eso espero pero…

-¡que estaré bien! No estoy obligada a siempre obedecer, Temio no es mi niñera.

-lo sé cariño, solo no te metas en problemas.

-entendido-no tanto…omito-adiós.

Cuelgo y me aparto del teléfono, aun me pregunto cómo sería antes para que ellos creyeran que pueden controlarme.

-niñera, obedecer… ¿Qué mierda te pasa? Estas muy rebelde y agresiva-dice mi hermano con intriga en los ojos.

-no tengo que responder eso-le aviso y entrego el teléfono.

Pone mala cara, está molesto conmigo. Pero me importa un cuerno, no tengo porque rendirle cuentas a Temio, nadie puede obligarme a tener que hacer caso siempre de lo que dice.

-compórtate Amelia, soy tu hermano mayor y debes respetarme-exige, vete al diablo procuro mantener los insultos en mi mente para evitar que salgan.

-lo sé pero no que tengo que escucharte siempre-le regreso y lo empujo levemente fuera de la habitación, el sigue mirándome mal mientras lo acerco a la puerta-necesito privacidad.

Gruñe con enojo y se va cerrando de un portazo. Esta muy enojado.

-me ama-susurro para mí con diversión.

Tengo que hacer todo lo posible para ocultar mis habilidades sobrenaturales, no quiero que se inicie un escándalo si descubren que soy una vampiresa. Vuelvo a mirar el diario a ver si encuentro algo interesante, veo una página prometedora.

Temio y mis padres creen que tienen el control… que equivocados están, nadie es capaz de reprimirme, pero soy inteligente, les hago creer que soy una chica sumisa, pero no sospechan siquiera lo que hago a sus espaldas, me gusta tener el control de mi vida, no soy muy aficionada a estar apegada a mi familia, de hecho a veces prefiero la soledad de mi habitación, es el sitio donde puedo ser yo misma, donde nadie me censura, sin duda mantengo a mis padres y Temio a un radio enorme de mi mundo, mi lugar privado donde ellos no pueden llegar y me aseguro de que nunca lleguen.

Me gusta, esa si soy yo, ya me estaba preocupando de que fuera bipolar, pero después de todo sigo siendo yo misma. Miro otra página y esto es muy entretenido.

Odio cuando Temio se pasa de la raya e intenta invadir mi espacio, no hay nada que me irrite más que encontrarlo buscándome mientras hago algo interesante, desgraciadamente, tengo que ir con él para mantener mi imagen de “buena” no sé cuanto más pueda resistir eso.

Temio es invasor del espacio personal, sabía que era de ese tipo, sentí esa impresión cuando me exigió responder a sus preguntas, pero me temo que la chica buena se acabo, en esa época tenía la paciencia para ello, pero hoy carezco por completo de eso, no aguantare hacer mas teatro. Pero me pregunto qué hacía a las espaldas de mi familia, que era lo que escondía, está claro que ocultaba un gran secreto, ahora me toca redescubrirlo.

-¡¡AMELIA!!!-escucho a alguien gritarme desde el frente, ¡Zatir!

Lanzo el diario a un lado y lo meto bajo la cama antes de salir disparada fuera del dormitorio, Temio queda desconcertado cuando lo dejo atrás y corro fuera del apartamento, justo cuando salgo del alcance visual de mi hermano salto las escaleras de una sola zancada en cada sección finalizando al cabo de escasos segundos, tan pronto cruzo la puerta del vestíbulo veo a Zatir parado en frente de las escaleras de bienvenida.

-¡Zatir!-exclamo con cierto nivel de regocijo antes de bajar los escalones de un salto.

-¿cómo te fue?-pregunta sonriendo.

-más o menos-digo haciendo un mohín, el alza las cejas.

-tengo tiempo para oírlo-asegura, doy unos pasos en su dirección hasta que quedamos cara a cara.

-mis padres están consternados pero vivirán…-el mira hacia arriba, volteo hacia el mismo sitio y veo a Temio contemplarnos desde una ventana con reojo y un aire de severidad incomodo-y el es mi hermano Temio, es fastidioso créeme.

-se ve algo enojado por cómo me mira-comenta con inquietud-Sedro consiguió el dinero y ya conseguimos un lugar para mí- me arranca una sonrisa satisfecha, dejamos de espiar a Temio y nos miramos directamente.

-¿donde lo encontraste?

-es algo lejos, muy cerca del centro de la ciudad, en un edificio muy alto-responde con suficiencia.

-suena bien, ¿cómo consiguieron el dinero?-

-Sedro uso unos trucos algo sucios para lograrlo, hay un empresario que le debe dinero y se lo cobro, ¿y tú? Seguro descubriste algo interesante.

-seguro, cosas muy buenas.

-¿quieres venir a ver mi casa? Puedes contarme en el camino.

Asiento y caminamos hacia un callejón.

-iremos corriendo en los techos-anuncio.

-las damas primero-convine mi amigo, acepto la invitación y salto de un lado al otro del corredor escalando en cada zancada hasta que alcanzo la terraza del techo, Zatir se pone a mi lado en menos de un instante mas tarde.

-escuche que por el día el lugar más seguro para desplazarse corriendo es el desagüe de aguas blancas debajo de la calle, si se tiene pereza de ir en auto. Nadie nos ve. Pero por la noche algunos prefieren el aire libre-señala explorando el cielo gris con la mirada.

-¿y entonces porque no lo sugeriste antes?-digo levemente irritada.

-no podemos ir por ahí, yo no conozco las vías subterráneas y dudo que tu sí.

-buen punto-lo apremio relajándome, el corre hacia algún lugar a toda velocidad, lo sigo manteniendo su paso.

Los vampiros como nosotros podemos mantener un paso como el de la mayoría de los vehículos, pero algunos los usan para disimular y cuando se transportan cosas, nos dirigimos a la zona más concurrida del centro urbano. Me pregunto qué clase de vida nos esperara aquí.

Capitulo 8- la sociedad vampírica

P

rocuro no hacer ruido mientras recorremos los techos en zancadas titánicas, sería muy desafortunado que nos vieran, sobre todo justo después de que llegamos, durante unos minutos nos enfocamos en la velocidad, Zatir por alguna razón parece más seguro de sí que cuando lo encontré, es una interesante pregunta la de él porque, no creo que este muy en duda que ser un vampiro te de auto seguridad, sobre todo estando tan bueno… cada vez las estructuras se vuelven más juntas y altas, el ruido del tránsito y la gente impregnan todos lados, eso hace que me pregunte: ¿Cómo mierda duermen? No sé, pero me alegra estar lejos de mi casa, quiero ir a donde sea menos allá.

-Estamos cerca, bajemos-dice deteniéndose al borde de un edificio.

-¿qué tan cerca?-digo al pararme a su lado.

-llegaremos en unos minutos caminando-empieza a buscar algo en sus bolsillos casi con desespero-espera, tengo algo para ti-continua aun buscando, finalmente lo encuentra en uno de los compartimientos de su pantalón-esto es para ti.

Saca algo y veo con sorpresa que es un celular negro, muy bonito, con teclado plateado y una enorme pantalla.

-lo compre con el dinero que Sedro me dio, ¿necesitas uno no?-incluye dedicándome una sonrisa relajada.

Titubeo un poco pero de todos modos agarro el celular y lo examino con mis dedos, acariciando la pantalla con delicadeza, es muy bonito, ¡quiero saltar encima de Zatir y besarlo! Pero sin embargo lo reprimo fieramente.

-gracias, es muy considerado, si no estuviera tensa por lo de Temio te besaría-le aviso sin quitar la mirada del artefacto. Se ríe con tanto encanto que de verdad quiero besarlo. Pero como ya dije lo contengo.

-de nada, es un placer, compre uno para mi, ese ya tiene mi numero gravado, llámame-expresa.

-lo que digas-contesto y guardo el celular en mi bolsillo.

-vamos-alienta y salta a la pared de próximo edificio, lo imito y al igual que cuando subimos, bajamos saltando de un lado al otro de las paredes. El espacio entre ambas edificaciones es mínimo y tremendamente oscuro.

-no me contaste que paso con Temio. ¿Algo malo?-sigue con un rastro de inquietud al final.

-júzgalo tú mismo, es muy intenso-empiezo, antes de soltarle toda la historia de pies a cabeza, lo único que omití fue mi sueño extraño, con ese hombre, al tiempo que relato lo ocurrido caminamos fuera del callejón y nos unimos con la gente que recorre la acera.

-chica rebelde-comenta cuando termino de contar, aparentemente le divierte que sea rebelde con Temio.

-como ya sabes odio que me controlen, Temio según se, es de los que están empeñados en eso, será difícil manejar sus intentos de control.

-en realidad, nadie puede domarte, pero es seguro que él lo intentara, esto puede convertirse en una lucha de poder. Vas a ser… ¿ya sabes dos caras para hacerlos creer que eres sumisa?-dice con intriga.

Pongo mala cara ante la idea.

-no, cuando era humana ya mi paciencia estaba muy deteriorada, no fingiré. ¿Solo que me pregunto qué era lo que ocultaba?, para tener una razón por la que mentir.

-eventualmente se sabrá, ten paciencia Amelia-suspiro.

-eso quisiera, pero aun quiero saber quien mierda es el tipo que vi en mis sueños raros-alza una ceja haciendo una mueca.

-¿has seguido soñando eso?-asiento y Zatir pone mala cara-no me lo dijiste.

Fuera de lo que esperaba esta enojado, no sabía que estuviera tan interesado en saber sobre el tema, aun así eso me agrada, es bueno saber que mis problemas le importan de esta manera a alguien.

-lo siento no te pongas así, no pensé que fuera tan importante.

Con el último segundo de mi oración escuchamos en chillido de dolor de un perro, venir del pequeño espacio entre los dos edificios más adelante, los humanos no pudieron oírlo, sus sentidos no están lo bastante agudos, Zatir se pone rígido y yo tomo la iniciativa, salgo catapultada hacia el minúsculo callejón, tratando de tener una velocidad más o menos humana, al doblar en la entrada no hay nada, pero sé que deben estar más dentro.

-vamos, por aquí también hay un atajo a mi casa-susurra Zatir ya junto a mí.

-rápido-pido antes de correr por el estrecho lugar.

Lo único que encuentro encontramos al principio, es nieve, cajas vacías y suciedad, nada importante, pero al atravesar el corredor descubro que es solo un pasillo de muchos callejones interconectados, hay más vías.

La fría brisa pasa por nosotros y con ella la esencia de algo, un vampiro, un humano y un perro. Es instintivo el momento en el que persigo los olores, no se manifiesta ningún pensamiento, solo el de encontrar los objetivos, Zatir también los rastrea vehementemente, inquietos por el olor a sangre, por fin damos la vuelta en un corredor y descubrimos lo que buscábamos. Es como ver algo parecido a un ángel, un hombre fornido, bebiendo la sangre de un humano, el vampiro es rubio con cabello como oro, blanco como el mármol, trae un abrigo rojo con estampado de dragones blancos, pantalones negros con algo escrito a lo largo en una de sus piernas, dice… “el infierno te espera” muy alentador… me vuelvo a mi amigo y esta mas blanco de lo usual, asustado de algo… ¿desde cuándo se asusta de otros vampiros? El vampiro desconocido tiene dos víctimas, paquete completo, un perro y su amo, el can yace muerto en un lado junto a la pared sobre un diminuto charco de sangre.

-Amelia vámonos-pide Zatir a la defensiva.

-¿qué?-pregunto y el vampiro suelta al humano y se da vuelta hacia nosotros.

Que hombre tan sexi, esa cara parece tallada por dioses, al igual que el resto de su cuerpo es robusto, en buena forma, nariz derecha y no muy grande, labios carnosos, de tono oscuro, ojos marrón rojizo, como naranja sangriento, cejas arqueadas y gruesas, pero perfectas. Cuando nos mira ríe, solo que su risa aunque encantadora, da miedo. ¿Estará loco? ¿Porque se ríe de nosotros? Zatir tiene los ojos como faros.

-hola, que tiempo sin verte, hermanito-saluda con los labios formando una sonrisa diabólica.

Zatir se estremece y da un paso atrás, ¿hermano?

-dime de qué me perdí-exijo desconcertada.

El vampiro con aire malvadamente sexi me mira.

-el tardara unos minutos en volver a hablar, mejor yo te digo-expresa- me llamo León Ivanov, soy el hermano mayor de Zatir.

Eso explica el parentesco, pero jamás pensé que Zatir un tipo, dulce y encantador, tuviera un hermano con tanta imagen de sexi chico malvado. Y tengo la impresión de que Zatir y el no son muy amigos, puesto a que el primero está paralizado.

-mucho gusto, soy Amelia… Cortés-me presento, el asiente y mira a mi amigo.

-no esperaba verte vivo y convertido en vampiro Zatir, pero me gusta-dice satisfecho y entonces vuelve a verme-siempre me pregunte donde tenias el interés por las mujeres. Ya veo donde.

Entonces camina en nuestra dirección con intención de darle un abrazo a Zatir, pero este retrocede fugazmente, parecía como un imán que repele al otro.

-no me toques León-exige Zatir a la defensiva, León pone mala cara, en efecto me perdí de algo.

-no seas tan resentido, lo que paso la ultima vez no iba enserio-dice divertido e intenta volver a abrazar a Zatir, pero a menos de un metro entre los dos mi amigo suelta un gruñido resentido y bestial que provoca que León se detenga aun con los brazos abiertos.

-te dije que no me toques-repite Zatir ahora con una mirada asesina.

Nunca había visto a Zatir tan agresivo, sus ojos se vuelven rojos. León da un paso atrás y cede en su intento de estrechar a su hermano. Si lo que hizo ese vampiro logro que Zatir se vuelva violento debió ser tremendamente malo.

-no sé qué hiciste pero mejor aléjate de el-pido suavemente.

-bien, que delicado-responde y se repliega.

Zatir se acerca a mí y me susurra:

-no hagas contacto visual con él, así nos dejara en paz, vámonos, por favor-

-¿cuál es tu drama?-pregunto.

-he yo no soy invisible-avisa León y viene a darme un apretón, pero Zatir por poco se desvanece de mi lado cuando se interpone entre él y yo antes de gruñir más fuerte a su hermano. León da un paso atrás.

-¡aléjate de ella!-demanda Zatir preparado para atacar.

-¡Zatir cálmate!-exclamo pero hace caso omiso.

-bien, bien me iré-dice León y sonríe con maldad-tal vez podamos hablar en otra ocasión, cuando Zatir no esté fuera de las casillas, es seguro que nos veremos otra vez-continua y me guiña un ojo.

-correcto, Zatir cálmate-pido poniendo una mano en su hombro.

-solo un consejo-expresa León sin borrar su sonrisa-¿eres nueva verdad?

-sí, ¿cual consejo?

-si valoras tu vida mantente lejos de los cazadores, a menos que busques problemas- suelta.

Manifiesto desconcierto en la mirada.

-¿quiénes?-quiero saber.

-humanos con poder para luchar contra los vampiros, siempre traen mascaras blancas con marcas, armas blancas y algunas de fuego, siempre que puedas no busques pelea con ellos-explica sin apartar la mirada de mi.

No digiero bien eso.

-¿hay humanos que nos pueden desafiar?-expreso perpleja.

-que tengan la capacidad de ser una amenaza sí, que seamos sus presas indefensas no-responde-son hábiles para luchar contra nosotros.

-gracias por el dato.

Asiente y corre como un rayo fuera del callejón desapareciendo. Zatir tan rápido como León se esfuma logra relajarse.

-¡¿qué mierda tenias?!-exijo saber justo cuando él se voltea a mirarme.

-solo mantente lejos de él, es muy malo estar cerca de León-responde rústicamente.

-Zatir…

-yo sé porque te lo digo.

-¿y porque?

-yo quiero a mi hermano, pero no puedo confiar en él, es peligroso.

-¿qué fue lo que hizo “la última vez”?-pone cara de dolor haciendo un mohín.

-algo muy malo.

-¿¡algo muy malo que!?-lame sus labios.

-León intento morderme…-lo contemplo vivamente incrédula.

-y… yo te mordí y no pareces un perro rabioso conmigo-argumento.

-¡no he terminado! ¡León intento morderme pero en el intento asesino a mi ex novia!-grita alterado, me deja sin palabras.

De algún modo es comprensible… pero Zatir ciertamente no parece querer ni un poco a León.

-bueno, eso ya es otra cosa, ¿qué paso?

-es simple, trato de alimentarse de mí pero escape, el estaba muy alterado y casualmente mi chica estaba buscándome, pero en mi lugar encontró a León.

Gruñe mostrando los dientes visualizando lo ocurrido.

-el resto es fácil de deducir, solo escuche un grito y cuando la encontré… León le tenía los dientes clavados… y ella ya no se movía-continua.

Pestañeo repetidas veces mientras supero lo que dijo, que terrible. El se encarga de desviar los ojos mientras gradualmente su mirada se vuelve cada vez más tétrica, eso me produce cierto dolor ajeno.

-lo siento.

-está bien, eso sucedió hace tiempo-susurra.

-mejor vamos a tu casa, que estoy ansiosa por conocerla-digo tratando de cambiar la atmosfera.

-claro, sígueme-suena más calmado.

Camina hacia uno de los corredores y yo me pongo detrás. Salimos del callejo y encuentro nuevamente la acera cubierta de nieve, autos ir de un lado al otro de la auto pista y el molesto ruido de las metrópolis. Sin darle importancia seguimos el trayecto, Zatir se detiene junto a un enorme edificio negro con ventanas ahumadas sobre una gran plataforma con escalones llenos de una fina capa de hielo.

-¿es aquí?-pregunto sorprendida de la altura de la estructura.

-sí, ¿bonito no?-dice con orgullo.

-sí, enorme, ¿cuándo costo?

-mucho, pero Sedro me dio suficiente para esto y otras cosas-empieza a subir las escaleras esperando que yo también lo haga.

-¿cómo qué?-hablo subiendo tras él.

-ropa, comida, muebles, esas cosas, lo que siempre se necesita en un apartamento-contesta mientras cruzamos el vestíbulo, saluda a la mujer que atiende y me guía a los ascensores. Marca el piso 40, hago un gesto de asombro por ello, este edificio es bastante alto.

-¿y sabes?-empieza con su tono normal, creo que ya se le paso su agresión-tengo la sensación de que no le caí muy bien a Temio.

-¿porque lo dices?-se gira y mira la cámara de seguridad en una esquina.

-me estaba mirando como un intruso, ya sabes, muy mal.

-yo también lo note, ¿pero quién sabe? Tal vez se acostumbre.

-posiblemente pero es posible que no, me incomoda que me vean así, tal vez no deba ir de nuevo a tu casa, me da muy mala espina ese tipo-dice sin mirarme me irrite.

-olvídate de eso, Temio no tiene derecho a votarte de mi casa-le aviso, ahora si me está mirando con los parpados levemente más abiertos de lo normal.

El ascensor se abre y automáticamente salimos encontrando el pasillo del piso y las puertas a los apartamentos.

-será lo que digas, pero no es por sembrar discordia entre tú y Temio, pero tengo un mal presentimiento, cuida bien tu espalda de el-me indica.

-no puedo estar a la defensiva todo el tiempo…

-solo no creas que ya lo sabes todo de el-explica metiendo sus manos en los bolsillos-porque creo que no hay nada peor que creer que ya conoces bien a alguien y luego descubrir que estabas muy equivocado.

Es cierto, Temio cometió ese error conmigo, creyéndome algo que no soy ni fui en verdad.

-entiendo, lo tomare en cuenta-le hago saber seriamente. Asiente y sonríe.

-gracias, solo lo digo porque me preocupo por ti-le devuelvo la sonrisa.

-lo sé, vamos, quiero ver el sitio-anuncio el asiente y me guía a una de las puertas que para nuestra sorpresa está abierta.

-que pasa…-se corta Zatir cuando la puerta de madera cede y descubro a Sedro muy confortado sentado en la sala mirando una lámpara de lava, Violeta saltando en los cojines, Xeno mirando la ventana y Camus haciendo algo de comer-¿de dónde salieron?

Ojala supiera, es un lugar súper, los pisos son de una alfombra azul oscuro menos la cocina, en el centro de la sala hay cuatro sofás mullidos en torno a una mesa con una lámpara de lava, donde sedro la mira y Violeta salta, la mesa de la cocina es parte de pared surge de ella junto a los electrodomésticos, como la nevera, Camus cocina algo que no tengo idea de que es, Xeno mira por las ventanas enormes, que ocupan más de la mitad de la pared, a la derecha veo un pasillo hacia en baño y a la izquierda otro que al igual que mi casa debe llevar a los dormitorios.

-ah Zatir hasta que llegaste-dice Sedro que casi no cabe en los muebles, mi amigo pone mala cara.

-dije que no fumaras aquí-regaña, Sedro mira el cigarro en sus manos y pone los ojos en blanco.

-sabes que es algo incontrolable para mí-se justifica sonriendo.

-¿cómo subieron?-pregunto.

-¡entren!-exige Violeta aun saltando en el mueble.

La obedecemos y cerramos la puerta.

-¿y bien?-exijo cruzando los brazos.

-yo fui la palanca por la que Zatir tiene este lugar, se mas agradecida-empieza Sedro aun fumando-yo obligue al dueño de todos los edificios como este, en este lado de ciudad mierda a que le entregara el lugar a Zatir hoy mismo, y yo, Sedro como palanca me merezco un pedazo del pastel, así que por ello, me di permiso para regalarme a mí mismo una llave del sitio.

-ok te diste permiso…-digo pasmada pero con ganas de reírme. Violeta si no lo soporta y suelta una carcajada necia.

-letí te vas a caer, no rompas nada yo lo pague-pide el fumador sin freno.

Zatir está en su mente un momento y de pronto estalla.

-¡¡NO ME DIGAS QUE VAS A VIVIR AQUÍ!!!-grita y Sedro hace una mueca de no creerlo.

-¡oh dios no! No pretendo vivir en esta pocilga contigo, tengo mejores lugares donde estar y donde alegrar a todos con mi presencia-responde con algo de horror.

Zatir suspira con alivio.

-¿y si esto es una pocilga entonces que es un lugar bonito para ti?-señalo.

-para nosotros el bajo mundo es la cosa más genial que allá parido la tierra-responde Violeta.

-tengo que conocer ese bajo mundo-me digo, Xeno sigue mirando insistente por la ventana.

-¿Violeta y sabes que paso con “los tres mosqueteros”?-pregunta el tipo con barba.

-¿Ángela, Keny y Keyn? Ángela está buscando un lugar donde quedarse, los gemelos están superando la fase de reencuentro familiar-responde ella deteniendo sus saltos y cayendo sentada-y Keny debe estar superando ese beso que le planto Ángela.

Mis ojos se vuelven como faros de camión y Zatir parpadea varias veces.

-¿Ángela beso a Keny?-digo sin creérmelo aun.

-mas que besarlo, casi se lo come-dice Camus riéndose al recordarlo-tendrían que haber estado hay. ¿Verdad Violeta?

-¡sí! El pobre Keny salió con cara de trauma, parecía que se hubiera comido tres kilos de droga luego del beso-cuanta ella aun con asombro.

Sedro casi escupe su cigarro pero logra mantenerlo en su boca, Zatir aun esta asombrado por ello y yo no dejo de mirar la risa de Camus. Ángela tenía su lado secreto, seguro en el fondo de su aparente cara de chica linda es una loca ninfómana. Pero igual me cae bien.

-espero que les gusten los tacos-cambia de tema Camus guardando sus carcajadas.

-¿no están envenenados verdad?-quiero saber el me encara aun sonriendo.

-si quisiera matarte lo haría a la antigua y no con trucos sucios-publica.

Keny Berthier…

Tengo miedo.

Es algo que se incuba dentro de mí, y come mi anterior desenfrenadamente, el olor a sangre de cualquier tipo, animal o vampírica me provoca un ardor espantoso, pero lo he logrado mantener a raya hasta ahora, de modo que nadie ni siquiera Keyn lo ha percibido, desde mi transformación ese martirio no me deja en paz, no sé en que vaya a terminar, pero lo que más me aterra es que en algún momento me vuelva una amenaza para los que estén cerca.

-¿te sientes bien?-pregunta Keyn, mientras que mira el armario lleno de ropa y yo pereceo en la cama, el cuarto es más o menos amplio, lo suficiente para dos.

Tiene un armario, una cama matrimonial, el televisor en una esquina para evitar que estorbe, la ventana sobre la cama, una lámpara en la mesa de noche color verde. Me dedico a ver los pisos de mármol blancos como un hueso limpio cuando él me habla.

-sí, solo estoy agotado, no es nada-miento porque es mucho peor.

Es terrible. Cada vez que enfoco su cuello el deseo me consume, y una voz en mi interior exige que lo muerda, no, me dice: mátalo, una y otra vez, atormentando con vigor. El esfuerzo que realice para no morder a mama cuando nos abrazo fue titánico, pero por algún milagro no salió a notarse.

-estas algo aturdido-comenta Keyn quitándose el abrigo.

Sin duda, la horrible tortura no da tregua, el olor de los vampiros no me aturde tanto, pero el olor de los humanos, perros, gatos, todo lo que tenga sangre es demasiado tentador, pero la sangre… la exposición a ella es la peor parte. Se me hace agua la boca y la tensión se filtra por todo mi cuerpo, mientras la bestia salvaje e insaciable que crece dentro se sacude exigiendo libertad. Soy un monstruo desquiciado… no puedo negármelo a mí mismo, sería una mentira imperdonable. Mentí cuando le dije a Amelia que estaba mejor, me sentía más yo, pero aun me hallaba en una lucha dentro de mi propia mente. Sin embargo aun es soportable.

-lo sé, necesito un respiro-digo

Mama estaba inconsolable en el llanto y papa necesito sentarse para superarlo, ella se llama Katiuska y el Robert. Les dijimos que tuvimos un retraso en el viaje porque el auto se averió y fuimos atacados por vampiros, nuestros tíos murieron y logramos llegar porque algunas personas nos recogieron. La escusa idónea, de momento solo lloran a los tíos pero han aceptado nuestro regreso. Solíamos estudiar arquitectura, antes del rollo veníamos a buscar trabajo, aun no se qué hacer.

-¿el beso de Ángela te traumatizo?-dice divertido despojándose de todo lo que lleva.

Eso más bien fue un alivio sorprendente, no me esperaba que hiciera algo así, pero me alegra un mundo. Esos labios tan suaves… admito que sí, estoy enamorado de Ángela, pero siempre asumí que nunca estaría con ella, porque, para ello debería dejar mi humanidad, y entonces no quería eso. En este momento es otra cosa.

-un poco, es muy intensa.

-sí, seguro quieres salir a algún lado, ¿qué tal si vamos al bajo mundo?-propone.

-¿sabes cómo llegar?

-no, pero puedo preguntarle a Sedro.

-suena bien, espera un poco necesito recuperarme.

Mi voz suena muy ronca y cansada, pasó la lengua por mis colmillos para tratar de calmar mi tensión. Beber más sangre tal vez me ayude.

-¿Keyn qué haremos con lo de la sangre? No podemos poner nada en la nevera sin que nuestros padres lo vean.

-sí, lo estaba pensando, vamos a tener que salir a cazar, o entrar en un local para vampiros donde vendan algo.

Por instinto se que comprar sangre no me satisfácela lo suficiente, eso puede aliviar pero no me desahogara como hacerlo a la antigua. Tengo miedo… no se qué será de mi de continuar así.

-mejor vamos a una discoteca, eso puede distraer mucho-agrega listo para darse el primer baño en mucho tiempo.

-ok, lo que digas-me doy vuelta en la cama y miro al lugar opuesto.

-no le prestas tanta atención a lo que digo-dice sarcásticamente y sale al baño.

Debería odiar a Keyn por hacerme esto, pero no puedo… su vida pendía de un hilo cuando me mordió, de no ser por mi estaría muerto. Pero también es el culpable de que este volviéndome loco, cuando mi yo pensante trata de erradicar a la bestia desquiciada en la que casi aseguro que me estoy convirtiendo.

Amelia Cortes…

-¿y cómo es eso de la sociedad de vampiros?-pregunto sentada junto a Zatir en los muebles de la sala. Con Sedro, Violeta y Camus.

-es simple, los vampiros con más poder encuentran vacios legales en el gobierno de los que se aprovechan para hacer sus negocios, el centro del mundo de los vampiros en cada ciudad son sus sedes ocultas donde muchos habitan, el mundo vampiro está más cerca de lo que muchos humanos creen-dice Sedro.

-¿qué tan cerca?-interviene Zatir.

-muy cerca, hay locales exclusivos para vampiros, ocultos del publico humano. Como discotecas por ejemplo-responde Violeta cómodamente recostada contra el sofá.

-y… ¿quiénes son esos…cazadores?-suelto, Sedro se pone rígido y Camus que estaba comiendo un taco por poco lo escupe.

-son un clan milenario de humanos con poderes casi de vampiro-dice Camus calmándose.

-es muy enredado, en el bajo mundo todos lo saben, te ira mejor si le preguntas a alguien allá-conseja Violeta.

-las peleas con ellos son muy comunes en todos lados-agrega Sedro.

-y la policía…-casi dice Zatir.

-esa gente no se quiere ni ver-corta Xeno finalmente dándose vuelta.

-¿no?-digo incrédula.

-la policía y los cazadores no están del mismo lado, al contrario se desprecian. La policía los ve como vándalos anarquistas, y los cazadores los ven como humanos inferiores y aguafiestas. Ellos tienen una sede en un rincón de la ciudad, nadie que no sea un cazador puede entrar sin sufrir una horrenda muerte-argumenta-son muy orgullosos de su estatus superior al de los humanos corrientes.

-es muy raro que no se junten si tanto nos odian-comenta Zatir con gran interés.

-sí, pero en este caso, saben cómo luchar contra vampiros y odian que los no actos estorben-dice Sedro pensativo-yo… fui amigo de uno de ellos.

Nadie se queda sin taladrarlo con la mirada, eso es muy extraño.

-¿tu amigo de un cazador? Eso tengo que oírlo-indica Violeta.

-¿qué paso?-quiero saber intrigada hasta la medula.

-el era un buen tipo, mientras un vampiro no causara desastre no tenía problemas, su sede era distinta a esta, porque sabía cómo convivir con nosotros, por semana nos daban un número máximo de victimas de las que alimentarnos, pero la policía era envidiosa de ello, a diferencia de lo cazadores de ese lugar, ellos no creían que debiera estar permitido cazar ni a uno de los ciudadanos, la diferencia, ellos no entendían las necesidades de un vampiro-cuenta sumido en sus recuerdos- pero los cazadores se mantuvieron firmes en sus reglas y no las cambiaron no importa lo que se enojara la policía, todo eso se termino muy rápido, mi amigo fue capturado en una pelea con unos vampiros terminales, los policías le exigieron que les dijera el secreto de porque eran tan buenos en su trabajo, pero se negó a hablar-hace una mueca de dolor-imaginan la reacción de esos humanos, fue destrozado a balazos, eso finalizo la era de paz entre la policía y los cazadores, súbitamente, con la noticia la sede se hundió en la furia que causo una guerra callejera, naturalmente ellos les dieron un severo castigo, pero se detuvieron cuando vieron que ya habían hecho bastante, luego de eso levantaron un muro alrededor de la sede para protegerse y declararon que los no cazadores eran gente no grata dentro de su territorio y que todo el que se atreviera a poner un pie dentro seria eliminado con todo el peso de su ley.

Eso si es una buena historia, pasa un minuto o dos no lo sé, sin que nadie hable.

-me sorprendes, no hubiera imaginado que tuvieras historias así-dice Violeta.

-en fin, desde eso, ninguna sede es amiga de la policía-combina Xeno.

-con mucha razón-digo con admiración.

Miro por la ventana y esta anocheciendo, el cielo cada vez está más oscuro, tengo que volver.

-Amelia te acompañare a tu casa-dice Zatir poniéndose de pie.

-esperen-nos detiene Xeno-yo puedo mostrarles algo bueno-continua y saca un papel-conseguí un mapa de el subterráneo, es muy útil para ir rápido durante el día.

Se acerca y me lo entrega, empiezo a estudiarlo y hay muchos caminos distribuidos por cuidad hielo, la ciudad está dividida en cuatro sectores y unos caminos subterráneos son negros y otros blancos.

-¿porque los colores?- pregunta Zatir.

-es que los caminos blancos son el original alcantarillado y los negros son los que los vampiros del bajo mundo han hecho para sí mismos y también para confundir a la gente, los encargados del desagüe se aseguran de permanecer en los canales originales y no entrar en los de vampiros ya que se perderían y podrían tener el desafortunado destino de encontrarse con uno de nosotros-explica rascando su cabeza.

-muy ingenioso-opino-no necesito que me digas que este papel no debe ser visto por humanos, si lo consiguieran los canales de los vampiros dejarían de ser desconocidos.

-exacto y esa es una de nuestras mejores defensas precisamente-señala Sedro.

Con eso la conversación finaliza y salimos de regreso a mi casa, las luces de ciudad hielo son deslumbrantes en la noche, con velocidad mucho menos cuidadosa regresamos a mi casa, deben ser cerca de las siete de la noche, siento algo incomodo, necesitare sangre pronto, hace algo de tiempo que no me sacio, tendré que escapar pronto de casa para poder cazar a alguien. Pero mi interés principal es el bajo mundo, estoy loca por conocerlo.

5 comentarios:

  1. hola!
    primero: me encanta la rosa.
    segundo: me encanta el nombre del blog.
    me alegra que estes publicando la novela, y si mi blog necesitaba en cambio y por que no a lo ecologico? jojojo!.
    si la noti de jace me dejo primero asombrada, luego caia con jamie!

    ResponderEliminar
  2. verga si!!! aunq si jacop se puso cuadrado, jamie puede!! si lily y cassandra lo aceptan yo tambien XD

    ResponderEliminar
  3. ufff ya capi 7 y 8, ariana no lo lei todavia, es que estuve toda una semanita castigada y no pude usar el ordenador para nada, ya lo leere no te preocupes que tu novelo me gusto mucho desde el primer capitulo :D

    ResponderEliminar
  4. ahhh ya que lastima!! D: me alegro q regresaras, me gusta tu blog XD es muy entretenido, sigue escribiendo q me dejast cortada en el ultimo cap. comenta cuando leas :)

    ResponderEliminar
  5. ...encantado de invitarme a tan interesante blog
    Ariana veo un esplendido trabajo y que tiene
    muy elaborados cada matiz de sus personajes,
    eso es lo que difiere buena parte su emoción...

    con un fuerte abrazo , tuyo .

    j.r.s.

    ResponderEliminar