sábado, 11 de junio de 2011

inmortal cap 9 y 10

Saludos a todos! estoy algo ocupada, por favor comenten, que aqui la luz se esta volviendo loca, va y viene D:, disfruten la entrada

Capitulo 9- Poco es más inesperado que esto

Temio me mira con ira y severidad cuando ya en la oscura noche me presento junto a Zatir en la puerta de mi casa. Solo me faltaba que también allá toque de queda, mi hermano mata con la mirada a Zatir que no muestra miedo alguno.

-¡¿se puede saber dónde estabas?!-dice Temio con alteración.

-solo Salí, ya regrese, ¿bien?-digo frunciendo el ceño.

-¡no! No está bien, ¡¿y quién carajo eres tú?!-exclamo Temio mirando a Zatir, el no responde, mi hermano me encara-no me digas que estas saliendo con él. Yo no quiero una marica peli teñida en mi casa.

-¡Temio!-lo regaño enojada. Zatir arruga la nariz.

-¡no soy marica y mi cabello no es teñido! ¡Me llamo Zatir maldito metiche!-exclama en su defensa estando muy ofendido.

-me sabe a mierda Zatir. No quiero gente arrabalera en mi casa-acaba de terminar con mi paciencia.

-¡te romperé la boca si le vuelves a decir arrabalero!-intervengo odiándolo con la mirada.

Temio se encoje de hombros pero no dice nada, Zatir suspira calmándose para no insultar hasta del mal que morirá a mi hermano, que ese será mi trabajo si continua, el nos mira severamente y yo preparo una buena sesión de insultos para lo que tenga que decir.

-Amelia mejor me voy, te veré luego-dice Zatir lentamente sin dejar de estudiar con reojo a Temio.

-te llamare-le aviso, asiente y corre hasta desaparecer a velocidad humana.

Una vez que se va Temio se calma un poco, pero será difícil que logre asentar mi furia. Pero en lugar de explotar en una tempestad de ira y palabrotas entro al lugar ignorando al pendejo. El se da vuelta y me sigue decidido a hablarme, hago como que no existe hasta llegar a mi habitación y cerrarle la puerta en la cara, logra detenerla con un brazo y entrar también.

-Amelia el…-quiere decir.

-cállate, déjame en paz-pido cortante cuando me dejo caer en mi cama.

Gruñe represivamente.

-disculpa lo que paso-dice con esfuerzo.

-ósea, me pides disculpas así nada más luego de que le quisiste sacar la madre a Zatir-le recrimino rústicamente.

-bien lo siento, pero desapareciste así como así, no dijiste nada, ok tratare de disculparme con tu novio cuando lo vea, solo no vuelvas a salir así-

-Zatir no es mi novio, y si lo fuera hablarle de ese modo no es muy bonito, y olvídalo, no te prometeré nada, igual tengo edad para salir y hacer lo que quiera-ajusta el entre cejo con desaprobación, odio admitirlo pero enojado es muy sexi.

-¿me preocupo por ti y así me pagas?-reclama apretando los puños.

-yo no te pedí que fueras don protector, como dije tengo edad para hacer lo que quiera y agrego: puedo cuidarme sola, no tengo nada en tu contra pero déjame tranquila para que estemos bien-argumento, pone un gesto de disgusto.

-no mientras vivas en este techo Amelia Cortes, si estás aquí tendrás que seguir las reglas-se acerca y yo me pongo a la defensiva en la cama-cálmate no te hare nada-asegura y se sienta junto a mí, trata de usar un brazo para abrazarme pero gruño, Temio no cede y lentamente pone su brazo sobre mi cuello –uno, tratare de no joder a Zatir, dos, baja un poco la guardia, podemos ser amigos si lo intentas, solo si quieres-continua y me ofrece la otra mano, debo estar alucinando porque su tono es mucho más suave y gentil que hace cinco segundos.

-mantente lejos de mi fuera de casa y puede que funcione-digo vacilando en estrechar su mano, blanca y hermosa.

Es limpia y suave como la seda cuando la toco. Puedo sentir que tensa la mandíbula, no lo veo ya que en esta posición mi cabeza queda a un nivel más bajo que la suya, hace un esfuerzo por mantener su voz agradable para no volver a irritarme.

-si sales muy tarde saldré a buscarte, lo advierto, pero no tenemos que ser enemigos, somos hermanos tratemos de llevarnos bien-pide acariciando mi pelo, maldita voz, Temio debe practicar para poner voz irresistible, porque hace poco no la tenía así.

-tratare, pero deja de hablarme como un maldito militar amargado, eso será un comienzo-aseguro sin dejar de ojear mi mano sobre la suya.

-eso tiene arreglo.

-¿acaso tienes trastornos de personalidad múltiple? Porque pareces bipolar-comento, el suelta una carcajada enorme y se levanta sin soltarme la mano.

-soy multifacético-explica, se arrodilla y me besa la mano, pongo los ojos como platos-no exageres, no soy un monstruo como esos vampiros asquerosos, te veré más tarde-dice sonriendo con voz angelical y se levanta antes de dejar el cuarto.

Pero yo si soy un monstruo. Quise decir pero no lo hice, la parte de asqueroso, me dolió pero me doy cuenta que casi caigo en sus encantos, mierda, ¡me tenia comiendo de su mano! Hasta me abrazo, entonces las palabras de Zatir revotan en mi cabeza: tengo un mal presentimiento, cuida bien tu espalda de él. ¿En quien confió más? En Temio o en Zatir, es fácil adivinar, le doy a mi hermano el beneficio de la duda, pero no pretendo bajar del todo la guardia.

Saco el teléfono que Zatir me dio y lo llamo, luego de unos pocos tonos atiende.

-Amelia, ¿qué paso? ¿No te has comido a Temio?-pregunta preocupado.

-no, es bipolar, uso una de sus personalidades múltiples para evitar que peleáramos, ¿y tú qué hiciste?-respondo recostándome en la almohada.

-nada, estoy sobre un edificio viendo los carros pasar, acabo de conseguir trabajo en un lugar muy fuera de lo normal-dice riendo.

Oigo a través del teléfono el sonido de los autos pasar, el viento frio y las cornetas de los vehículos haciendo un molesto concierto.

-¿qué trabajo?

-Cocinero en una discoteca nada normal-dice con un hilo de voz.

-suena bien, ¿qué días?

-lunes y martes, por la noche, el resto de la semana es libre, tienen muchos empleados-miro al vacio.

-¿qué día es hoy?-pregunto.

-martes, tengo que ir al trabajo ahora mismo, quieres acompañarme… ah cierto Temio no te dejara salir-suena decepcionada.

-al diablo con Temio, esperare a que se duerma para ir, ¿dónde puedo encontrarte?

-es enredado, la discoteca está muy bien oculta, es solo para vampiros, alguien irá por ti como a la media noche

-entendido, te veré allá-digo y cuelgo.

Permanezco estática durante las horas siguientes, solo salgo cuando Temio me llama a comer, tan pronto termino entro nuevamente, para pasar el ocio empecé a mirar unos libros que habían bajo la cama, son de mecánica, cuando los hojeo descubro que mis conocimientos del tema regresan, siento que podría trabajar sin problemas, debería trabajar y mudarme de esta mierda.

Luego de varias horas, llegan las doce, me fijo en la habitación de Temio, similar a la mía, pero repleta de afiches de cosas que no conozco, tiene una monocromía extraordinaria, todo es negro, la cama, la sabana, las paredes son negras con mosaicos amarillos adornando, la alfombra y el armario junto a los aposentos. Al principio solo vi la luz que entra por la ventana sobre la cama pero luego encuentro a Temio envuelto en las sabanas mirando hacia la pared, dije que trataría que fuéramos amigos, no prometí no salir. Salgo y me recuesto contra la puerta del edificio, hay mucho frio, cae nieve levemente y la oscuridad esta apoderada de casi todo, los únicos focos de luz son los faroles de las esquinas, pero a unos metros todo vuelve a sumirse en el silencio y la negrura de la noche.

Cuando exhalo veo mi aliento con claridad a pesar de la escasa luz, los sentidos de vampiros son muy útiles, todo es tan silencioso que te pone nervioso, me pregunto donde mierda estará ese que Zatir prometió que vendría por mí, casualmente, cuando veo una sombra aproximarse, es un hombre vestido con un suéter mullido, tiene un peinado alborotado de color rojizo, es poco seguro afirmarlo debido a la poca iluminación, casi no distingo el color de sus ojos, se detiene al pie de las escaleras de mi casa a mirarme.

-¿Amelia Cortes?-pregunta, me paro firme.

-sí, ¿Zatir te envió?-digo, asiente y hace una reverencia.

-Soy Melnik Muller-se presenta- el me pidió que te guiara a la discoteca.

-gracias, vamos, antes de que mi hermano despierte-expreso y bajo las escaleras de un salto.

-es un honor guiar a una vampiresa tan linda-agrega, sonrió con alegación.

-buen cumplido-Melnik me hace un gesto para que lo siga, obedezco y despega en carrera hacia la oscuridad, con más o menos dificultad lo sigo, tras tres cuadras entra a un callejón y se arrodilla mirando algo.

-¿nunca has visto el subterráneo verdad?-dice suavemente.

-no, ¿pretendes que vallamos por ahí?

-sí, ¿porque?, ¿te molesta?

-al contrario, quería conocerlo-alego sonriendo.

Quita la tapa y salta dentro, voy tras él, la caída es de unos tres metros, sumiéndonos en una oscuridad peor que la anterior, sube y cierra la tapa antes de bajar nuevamente. Saca algo del bolsillo, no veo lo que hace hasta que una luz blanca deslumbrante sale de su mano, dejando que averigua que es, una especie de linterna, el mango termina en una esfera del tamaño de una pelota de tenis que despide mucha iluminación.

-no te separes, es fácil perderse al principio-dice, no puedo dejar de ver su rostro pálido y ruborizado. Ahora puedo estudiarlo bien, sus ojos alargados y estrechos rayan en el amarillo y el naranja, haciendo juego con su cabello abundante, muy bien peinado hacia atrás, Sedro tiene razón, la belleza no es rara en el mundo de los vampiros.

-bien, ¿es muy lejos?

-no, si vamos por el camino correcto en diez minutos estaremos allá-asegura y empieza a ir por el lugar.

La alcantarilla es como un gran cilindro de piedra y metal, donde en el suelo corre un rio veloz entre dos aceras rocosas. Por pasar el tiempo se me ocurre preguntar algo.

-¿que sabes de un tipo llamado León Ivanov?-empiezo, el se tensa y pone cara de preocupación.

-lo más importante que se debe saber de él es: no te le acerques si no gustas de gente malévola y sanguinaria, el… es un tipo con mucho éxito con las mujeres, pero da miedo, es fan del sufrimiento ajeno, es carismático hasta cierto punto, tiene una vida sexual demasiado activa, cuando pelea es jodidamente peligroso y si se enoja hay que mantener la distancia-explica dejándome con la boca guindando.

-tengo la sensación de que es muy conocido.

-eres muy perceptiva.

Zatir aparentemente está muy al tanto de su hermano además de por el hecho de que mato a su ex novia.

-¿sabes que Zatir es hermano de León verdad?-digo y el queda paralizado por lo que me detengo también.

-tiene que ser mentira, no conozco a Zatir pero hasta donde lo veo el no parece ser ni el 1% de malvado que León Ivanov-comenta y sacude la cabeza para continuar el camino.

-eso pensé, la descripción es tan diferente que parece mentira lo de su parentesco familiar-concuerdo, es que… aun con lo que me dice no puedo saber bien que tan malo será.

No volví a hablar el resto del trayecto, Melnik se detiene de pronto, tardo un breve momento en darme cuenta que llegamos, sube la escalerilla y mueve la tapa metálica, una vez fuera encuentro que fuimos a dar hasta un callejón remoto entre los edificios, la única fuente de luz es la que despide un bombillo sobre una puerta en frente nuestro, lo único que llama la atención.

-esperaba otra cosa-digo, el se ríe.

-no es lo que parece-avanza hasta la puerta seguido de mi y la toca.

-¿quién?-preguntan.

-Melnik Muller-contesta serio. Escucho movimiento del otro lado de la puerta, esta se abre permitiendo ver al recibidor, una vampiresa que nos ofrece paso, Melnik entra sin vacilar, hago una mueca antes de ir tras el chico.

Sigo el pasillo escasamente iluminado hasta llegar al área pública, veo muchas mesas de vidrio rodeadas de sillones tapizados, la mayoría infectados de gente, las paredes rojas están decoradas por cuadros muy hermosos, hay luces de discoteca en casi todos lados y la música es ensordecedora.

-no creo que aquí tengan mucho espacio para bailar-comento, Melnik dobla un poco la expresión formando una sonrisa media.

-aquí vienen los que quieren comer en paz, la zona de la fiesta pura es otra-explica y continua caminando.

Me lleva a uno de los corredores y cuando pasamos al área de la que hablo… bueno es muy diferente, las luces de la discoteca podrían marear a un humano, la concurrencia de tipos bailando o simplemente estando ahí impide a todos moverse libremente, de hecho no puedo ver bien ni donde estoy, casi ni escucho mis propios pensamientos. Sigo a mi guía por la multitud y con esfuerzo logro ver a mi derecha la barra libre donde se pelean por servirse.

-¿seguro que sabes dónde vamos?-pregunto casi en su oído.

-claro, conozco este lugar como la palma de mi mano-asegura, mientras él se mueve descubro algo interesante, a Keny y Keyn mirando traumados a algún sitio. Sujeto la camisa de Melnik para detenerlo.

Me pregunto qué les pasara, entonces camino hacia ellos, cuando junto a mi guía nos paramos detrás de mis amigos veo muy claro porque tienen esas caras, debo estar alucinando, tiene que ser un fantasma, es… ¡Tynna!

No puede ser verdad, ella habla con unos tipos con total normalidad, mi par de amigos no saben qué hacer, ni siquiera han superado el hecho de verla viva.

-¿alguno sabe qué pasa?-pregunto, ellos se voltean y me ven con desconcierto, como creí, nadie sabe.

-¿quién preguntara?-dice Keny, nos volvemos a Tynna de nuevo y tienen una enorme botella roja, uno de sus acompañantes la abre y se sirve un vaso de liquido rojo… no puedo equivocarme eso es sangre, Keny se pone rígido y se da la vuelta hacia otra dirección.

Empiezo a creer que Zatir tiene razón con Keny, que trata de evitar la sangre y se pone nervioso al verla u olerla, Keyn lo mira sin entender.

-que sea piedra, papel o tijera-propone Melnik.

-yo no jugare-anuncia Keny aun sin vernos-no quiero acercarme a esa gente.

-¿qué te pasa? estas raro-expresa Keyn con preocupación.

-nada, decidan de una vez-exige Keny con voz ronca, sin mirarnos aun, no convenció a nadie pero ya abra tiempo para interrogarlo.

Juego piedra papel o tijera, saco piedra y cuando veo a Keyn sacar papel bufo con molestia, maldito juego. Keyn me sonríe para restregarme su victoria.

-bien, yo voy-acepto.

-¿no tienes mucha suerte en esto verdad?-pregunta Melnik intrigado y burlón a la vez.

-cállate-ordeno y camino hacia Tynna y su grupo con el que bebe.

Aparto a un par de sujetos hasta acercarme lo suficiente a la mujer, me aclaro la garganta con mucha fuerza como para que escuche, ella deja de beber y reírse dramáticamente cuando me enfoca.

-¿nos debes una explicación sabes?-aviso y todo los chicos que la acompañan me miran fijamente. Tynna se alegra de verme por el modo en que toma mi llegada, camina hasta mí, me da un apretón amigable y se separa sin perder el buen humor.

-ya lo sé, es una historia extraña-declara y entonces logra divisar a mis tres amigos esperando-¿lo convirtieron verdad?

Asiento y le exijo que empiece a cantar su explicación con la mirada, ella vira los ojos y se dirige hacia su grupo.

-regresare más tarde-les dice y me mira de nuevo.

Camina hacia la zona donde estuve primero, Keny, Keyn y Melnik vienen tras nosotras sin decir nada hasta que el escándalo de la discoteca disminuye. Tynna se lanza en un sofá de una mesa vacía, hago lo mismo, Keny y Keyn se arrojan igualmente pero Melnik se queda parado detrás de mí.

-es simple, el vampiro que me ataco cuando le di la espalda me dejo inconsciente, y cuando desperté estaba aquí, otro vampiro me salvo, los tipos con los que estaba son sus amigos-explica Tynna.

-¿y porque ese hijo de puta no nos dio una mano para salir de esa mierda?-interviene Keny algo enojado.

-sí, esa ciudad no es el mejor lugar en que estar-concuerda Keyn en el mismo tono.

-ya se, estuve atrapada con ustedes ¿recuerdan? No tuve opción, cuando desperté estaba demasiado lejos como para dar la vuelta-se justifica.

No quiero hablar de eso, odio esa ciudad, trato de borrarla de mi mente y empezar otra vez.

-entiendo, olvida eso, ya no volveremos a ese horrible lugar de todas maneras-digo cruzando las piernas.

-bien dicho-me apremia.

-Amelia te estaba buscando-escucho a Zatir, doy la vuelta y lo encuentro junto a Melnik.

-lo siento es que me distraje-aviso. Mira a Tynna y ella lo saluda con la cabeza.

-por lo que veo ya todos saben lo d ella-expresa y se apoya en el sofá-gracias por la ayuda Melnik.

-sabes que estoy para servir-dice y me mira-si necesitas algo búscame-continua y desaparece entre la multitud.

-¿van a querer algo?-pregunta Zatir con una sonrisa de satisfacción.

-queremos pescado al ajillo-responde Keyn recostándose bien al sofá, Keny no se relaja-invitaremos a Tynna.

-yo no traje dinero-respondo.

-eso no es problema, pide algo, yo soy quien cocina, así que puedo dártelo gratis, igual sobran los ingredientes-asegura Zatir.

-¿tu solo para tanta gente?-quiere saber Keny incrédulamente.

-no, son muchos cocineros, van por turnos de dos días-explica-en fin pide.

Suspiro.

-dame pescado a la plancha-pido el asiente.

-en media hora lo tendrás-dice y en un segundo se desvanece por un pasillo.

-¿y cómo es esa mafia que usan para conseguir sangre?-pregunto dirigiéndome a Tynna.

-mafia de secuestradores, buscan victimas en la calle, a los normales los matan, drenan su sangre y luego los cocinan-responde.

-¿y los especiales?-dice Keyn nervioso por la respuesta.

-a esos que son los más sabrosos, los guardan para conseguir sangre de ellos todo lo que sea necesario, lo que sirven aquí es la carne de las victimas luego de morir, es un buen reciclaje-explica con normalidad.

-¿hacen eso aquí?-pregunta Keyn con perturbación.

-algunos, normalmente las cargas llegan a otro edificio donde lo procesan antes de enviarlo, pero si, algunos llegan aquí para morir y ser consumidos directamente-dice ella contemplando a los que pasan, un tipo se detiene en nuestra mesa entonces.

-saludos, ¿qué sangre quieren con la comida?-quiere saber.

-¿cómo?-expresa Keny frenético y preocupado.

-ósea sangre de lo qué quieres-aclara Tynna.

-¿de qué hay?-intervengo.

-de gallina, caballo, perro, gato, conejo, caribú y humano, ah y la de humano especialmente buena-contesta el mesero.

-no lo sé… Zatir dijo la comida, no dijo nada de la sangre-dudo.

-nosotros queremos de gato, para saber…-dice Keyn cortándose al ver la cara de dolorosamente retraído que tiene su hermano. Me enfoca y agrega-nosotros pagamos la de ella.

-claro-finaliza el mesero y se va. Sonrío a mis amigos ampliamente.

-gracias, no hacía falta-suelto.

-no te preocupes, no te íbamos a dejar fuera ¿verdad Keny?

Keny asiente y me está asustando, aprieta los labios con una capa de sudor surgiendo de su piel pálida, eso mas su cara de chico traumado me preocupa.

Keyn y Tynna no dejan de asediarlo con la mirada, su preocupación es imposible de esconder, con toda la razón para preocuparse si Zatir tiene razón, Tynna entrecierra los ojos.

-¿te sientes bien?-formula ella. Keny sin ganas asiente otra vez.

-si… muy bien…-miente, no sabe mentir, se nota demasiado lo mal que esta.

El mesero vuelve y con una bandeja pone pasos llenos de líquido rojo en la mesa. Keny acelera su respiración al verlos. Keyn toma un vaso y le da un trago.

-es buena-comenta y la mente de Keny se quiebra, suelto un jadeo cuando el profiere un gruñido.

Arrebata el vaso de la mesa y casi se lo echa encima, sin pausa ingiere toda la sangre y rompe el vaso entre sus manos tan pronto la sangre se agota. Los pequeños cristales cubren toda su ropa igual que nuestras miradas sorprendidas sobre el chico. Keny respira salvajemente con sus ojos rojos y su boca pintada del mismo color.

-tenias hambre-señala Tynna con inquietud. Keyn esta horrorizado tanto que no se atreve a decir palabra.

-si…-acepta volviendo a estabilizarse-¡voy al baño!-anuncia y se levanta apresuradamente, no tengo tiempo de preguntar nada cuando se desvanece entre la gente y luego tras la puerta del baño masculino.

-esta raro-dice Tynna sin superarlo aun.

-lo sé muy bien, de verdad me inquieta mucho-concuerda Keyn espiando con reojo la puerta por la que se fue Keny.

Si no estaría ciego, ojeo el líquido en mi vaso por un largo minuto antes de beber un trago, espero que no empeore más, o que lo supere antes de que se le salga de las manos, Keny es demasiado agradable para acabar como vampiro terminal. La comida llega poco después y Keny retoma su lugar en la mesa sin hacer ningún comentario sobre su ataque de sed, Tynna no quiere meterse, Keyn espera muy paciente para hablar con él, lo veo en sus ojos miel llenos de tensión.

¡Esta comida es el cielo! Si esto lo hizo Zatir tengo que besar esas manos tan mágicas para crear algo así, los demás también piensan eso, ahora es claro que se puede afirmar el hecho de que sabe cocinar… y muy rico.

-es el propio-opina Keny atragantándose con el pescado.

-sí, tengo que pedir comida aquí más seguido-coincide Tynna saboreando.

-me gusta oír eso-dice Zatir que recién apareció detrás de mí.

Fugazmente lo apuntamos con la mirada, el sonríe ampliamente con gusto por nuestra opinión.

-eres mi nuevo ídolo-publica Keyn riendo y comiendo.

-gracias, es todo un alago-devuelve me encara y sigue-tendré un turno libre en unos minutos ¿te invito algo?

-por supuesto, ¿cómo podría rechazarlo?-digo.

-espera aquí, pueden quedarse todo lo que quieran, aquí la fiesta nunca acaba-expresa y se regresa desapareciendo en una esquina.

A pesar de el severo trauma emocional por el que debe estar pasando Keny logro terminar mi cena, o desayuno, da igual, deben ser cerca de las tres de la mañana. Tynna ya se asentó aquí, vive con unos tipos en la sociedad de vampiros, dice que es genial, Keyn t su traumado hermano se van poco después, ellos a diferencia de mí, se preocupan mucho de hacer buena imagen ante ellos. Zatir me muestra todo centímetro de este sitio, es la bomba en fiestas interminables, siempre hay clientes, cuando llegamos a la disco otra vez, nos encontramos con algo un poco inesperado.

-¡regrésame eso!-grita Violeta apareciendo de entre los vampiros que cuando la ven se esfuerzan en mantener la distancia-¡maldito marica regresa! ¡Si me devuelves la botella prometo darte una sola patada!

Solo algún idiota suicida osaría robarle cualquier tipo de alcohol a esa mujer, Violeta mira en todas direcciones buscando, Zatir pone mala cara, yo no me altero tanto, es normal en ella.

-el marica está escondido en la cocina-delata mi amigo, la bebedora lo señala con los ojos le sonríe y corre buscando al tipo.

-¿Quién es el marica?-quiero saber.

-un vampiro gay llamado Alberto de la Rosa, bueno, se llamaba si Violeta lo encuentra-atiende Zatir, todo se calma y la muchedumbre vuelve a la fiesta rápidamente.

-lo que tiene de gay lo debe tener de suicida para robarle una botella a Violeta-opino secamente.

-en realidad no-dice Melnik que apareció sin anunciarse detrás de mí, Zatir y yo nos volvemos defensivamente al instante pero luego volvemos al estado relajado.

-Alberto no es imbécil, solo que perdió una apuesta con un amigo de Tynna y la penitencia fue robarle a esa loca-continua y frunce los labios-hay que admitir que tiene valor… o es un enfermo mental.

-exacto-lo apremia Zatir asintiendo.

Eso de vampiro gay es nuevo, pero de todas maneras no me importa mucho, vampiros hay por tonelada no es necesario preocuparse de que uno o dos se vallan por el otro sendero…odio tener que irme pero amanecerá en pocas horas, me despido de Zatir y pido a Melnik que me lleve de regreso, pero ya que es tan oscuro el camino de vuelta, me guía corriendo de vuelta, no creo que alguien preste mucha atención de quien pasa a las cuatro de la mañana.

-espero verte otra vez en “La noche no termina”-dice él una vez en la puerta de mi casa.

-claro, ese lugar es genial-señalo, el me besa una mano y se va esta vez sin darle freno a su carrera.

Chequeo que Temio duerma, vuelvo a la alcoba, me pongo ropa de dormir y me lanzo a la cama, para ser de dormir es muy abrigado, un pantalón largo y una camisa larga también, el calentador bajo los aposentos mantiene el cuarto a una temperatura cálida aunque afuera se esté congelando, sigo el ejemplo de Temio y envuelvo todo el cuerpo en la sabana lista para dormir.

-es extraño que alguien como yo este con alguien como tu-señala el susurrante sentado en una cama.

-¿porque lo crees?-pregunto estando al borde del mismo colchón mirándolo con reojo.

Estamos en una habitación cerrada con ventanas que cubren toda una pared por la que se aprecia la exorbitante altura a la que estamos. El tipo se ríe represivamente mostrando sus filosos dientes a mi persona, aun no sé quién es, pero es el mismo de mis anteriores sueños, cuya belleza raya un poco fuera de lo habitual en un vampiro, se sacude y responde:

-porque tu siendo lo que eres, admites que yo, haga lo habitual en uno de mi especie, lo sabes, ninguno de nosotros puede escapar por completo de la verdadera naturaleza a la que estamos atados.

-todos deben seguir a su naturaleza, en su mayoría los que la niegan terminan muy mal, ustedes por necesidad están obligados a matar para vivir igual que todos los demás, los humanos no somos nadie para imponerles que está bien y que está mal-respondo.

-muchos lo hacen-expresa el hombre.

Mis labios se ponen rígidos.

-nuestra visión de las cosas es levemente distinta, los humanos son muy egocéntricos por naturaleza, solemos creer que somos los más importantes, tanto que al vernos afectados por otros aunque ellos lo hagan porque es necesario, pensamos que hacen mal, aunque duela, la sangre es una necesidad implacable-digo y sujeto aprieta la sabana.

-eso pensaba, si pudieran negociar, seguramente se encontraría una manera, pero ellos no están de acuerdo, la manera en la que nosotros vemos la sed, es como algo tan natural como la necesidad de comer que ustedes tienen-se recuesta boca arriba abriendo las extremidades-pero nuestra idea de diversión en una situación como esta es la misma.

Me rio y gateo hacia el…

Despierto entonces sin levantarme, jadeo un poco, la relajación regresa pronto, esto cada vez es más extraño, cada vez me hace querer saber ¿porque sueño eso? Mi mente aun está bloqueada, pero como dijo Zatir, a este paso pronto se sabrá.

Al día siguiente, Temio sale a alguna parte, recibo una llamada de Sedro ofreciéndome ir con él al bajo mundo, aprovecho la ausencia de mi hermano para fugarme, el día está especialmente sombrío, todo el panorama del cielo es tan gris que ni un rayo del solo logra penetrarlo. Sedro prometió esperarme en el callejón donde estuvimos con Zatir la última vez. Uso el mapa que me dio Xeno para correr por el subterráneo, para ello robe una linterna de casa, igual no la necesitaran, salgo por una tapa en otro callejón, maldición la nieve no se detiene nunca, cae y cae día tras día, oigo un alboroto, como una persecución, instintivamente corro mas al fondo de lugar y me pongo a cubierto en otra esquina mirando lo que pasa.

-¡atrápalo!-grita alguien. Un vampiro entra despavorido por el corredor pero un disparo lo atraviesa en la pierna, casi en su pie, el cae contra la nieve violentamente revolcándose en ella.

Menos de un segundo después a velocidad inhumana cinco sujetos llegan y rodean al vampiro, dos mujeres y tres hombres, jadeo al examinarlos, todos llevan abrigo negro con capucha, botas, los pantalones llevan fundas con armas, todos traen de filo menos uno que tiene un revolver plateado que se ve peligroso, hombreras de cuero cocidas al suéter, dentro de este veo unas cuantas cosas muy desagradables, cuchillos, balas, granadas y collares plateados en sus cuellos con cruses como la que me quiso dar Temio. Sus manos están cubiertas por guantes de cuero con garras punzantes y un símbolo extraño, un cráneo con una cruz atravesándolo. Noto que no detecto ningún olor, será imposible reconocerlo, sus rostros están cubiertos por mascaras blancas con dibujos extraños que solo dejan ver sus ojos detrás, uno de ellos lleva una enorme espada sujeta a su espalda y su máscara tiene el dibujo de una cruz en negro, cuya parte horizontal pasa entre sus ojos perfectamente es el de la pistola. El vampiro lo desprecia con la mirada y dice.

-malditos cazadores esto no es justo-jadea dolorosamente. El del símbolo de la cruz se ríe burlonamente, le aplasta y restriega la cabeza contra la nieve.

-hace tiempo no tenía una presa tan digna, seguro quieres ver la cara de quien te matara-dice aun riendo, el vampiro jadea.

Me estoy asustando, León hizo una buena recomendación en que me alejara de ellos. El cazador con la máscara de cruz se la quita y suelto un chillido agudo lleno de sorpresa y miedo…. Es… no, ¡no puede ser! ¡Temio!, el saca su pistola y de un disparo en la cabeza del vampiro terminando con él. Suelto un gemido y eso llama la atención de los cazadores, miran en mi dirección, vienen hacia aquí, de pronto una sombra detrás de mi me tapa la boca y me arrastra a la oscuridad.

Capitulo 10- El bajo mundo


Me resisto hasta darme cuenta de que Sedro es el que me sujeta contra la pared. Los cazadores vienen, pero un grito a lo lejos distrae su atención. Con un poco de esfuerzo logro ver a Temio que frunce el ceño y se pone una vez más la máscara.

-B1c vámonos-pide a Temio una chica mirando fuera del corredor.

-¿ese no fue B6?-pregunta otro cazador.

-juraría que fue el-responde la mujer que mira hacia fuera del sitio.

-B5 ve a ver, nosotros vamos por el siguiente trabajo-ordena Temio a ella.

Asiente y corre hacia la dirección del grito, Temio se ajusta la máscara y corre en otra dirección seguido del resto. En mi mente aun no puedo superar la idea. Temio… es un cazador de vampiros, ¡y vivo con él!

-Se mas rápida, si te hubieran visto habrías quedado hecha mierda-dice Sedro soltándome, aun en shock lo miro, nunca estuve tan cerca de su cara, el tipo está muy inclinado para ponerse a mi altura.

-Temio…-apenas musito, el hace una mueca de desconcierto.

-¿quién?

-es decir B1c, es… mi hermano-explico horrorizada, Sedro pone los ojos como platos y se disloca la boca.

-B…B… ¡B1c es tu hermano! ¡Amelia! El… ¡el!-tartamudea impactado.

-quien…

-B1c es uno de los cazadores de vampiros más temidos de ciudad hielo, conocido por su crueldad inhumana hacia los vampiros-responde angustiado.

Trago saliva. Se nota luego de cómo trato al vampiro que mato, sin duda, es bipolar, si fue tan lindo conmigo y ahora es un diablo en la tierra.

-mierda.

-tenemos que avisar que sabemos quién es B1c, rápido-dice pronto.

No.

Si eso pasa, Temio, mierda, estaría condenado.

-no, Sedro, esto se queda entre nosotros, ¿entiendes?-exijo.

Frunce el ceño.

-pero Amelia, no puedes compartir tu techo con un cazador, si te descubre podrás decir tus oraciones-insiste con preocupación.

-es un cazador pero es mi hermano, no puedo ir corriendo a denunciarlo venderlo para que una mafia de vampiros vengan a descuartizarlo-argumento, Sedro entrecierra los ojos.

-tu hermano es B1c, si se entera de ti, te rebanara en dos y, o te disparara en la cabeza con su revólver, como le hizo a ese pobre diablo de allá-replica señalando al vampiro muerto.

-correré el riesgo-asumo, aprieta los labios.

-es conocido como B1c el cruel o el castigador, ¿ya tienes una idea?

-sí, pero igual no lo delatare-digo y Sedro suspira.

-en fin, vamos al bajo mundo-propone, pongo sonrío y asiento.

El gigante no trae cigarros que extraño, se yergue y camina hacia mas al fondo del callejón. No me separo mucho de él hasta que terminamos en una vía sin salida y con una tapa para el subterráneo oscuro.

-¿sabes bien el camino verdad?-pregunto asomándome a la profunda oscuridad.

-obviamente si, recuerda que con mis 98 años ya he estado aquí-contesta y se lanza al agujero. Imito su salto y todo se vuelve casi totalmente negro. Sedro enciendo una luz como la que Melnik uso la vez anterior, el brillo hace retroceder la oscuridad casi a cuatro metros a nuestro alrededor.

-¿cómo es esa cosa de que los cazadores son tan fuertes como un vampiro?-pregunto cuando Sedro empieza a caminar y yo lo sigo.

-es una historia algo extraña-dice forzándose a continuar-mejor que alguien del bajo mundo lo explique, hay saben todo de ese tema.

Progresamos en el camino sombrío, es muy difícil ver la diferencia de un túnel a otro, todos son iguales para mi, el fumador, que ahora no está fumando se detiene repentinamente de forma mecánica, me detengo unos pasos delante de él y lo examino, se inclina y ilumina una puerta en el suelo, metálica casi invisible en este medio tan oscuro.

-no se ve la gran cosa-opino inclinándome.

-te tragaras lo que dijiste-advierte y se muerte el brazo provocando que sangre.

Coloca el brazo sobre la tapa y deja que la sangre gotee sobre la puerta. Esta suelta un chispazo de brillo que hace que del susto de un salto, Sedro se ríe de eso y yo le frunzo el ceño en respuesta, se inclina más y abre la tapa sorprendiéndome. Solo veo una neblina azulada bajo la puerta, nada de suelo, nada, parece un abismo sin fondo.

-no pretendo saltar por ahí-aviso refunfuñando.

-yo iré primero, si eres tan valiente sígueme-dice burlonamente y salta dentro donde desparece.

¿Seguirlo o no seguirlo? No quiero quedarme sola en un laberinto de túneles que no conozco, tengo que salir, sin dudarlo más salto al hueco, donde todo se vuelve repentinamente negro de modo que ya ni un vampiro puede ver nada. Hay viento en una confusión terrible, siento que me voy a marear de dar tantas vueltas y no ver nada, cuando de pronto doy contra algo duro que cede como una puerta y caigo a un suelo frio donde por fin agradezco que allá iluminación.

-se nota que eres nueva en esto-comenta una voz femenina, me siento y alzo el rostro para verla.

Es una mujer jodidamente alta, de cabellos rubios lisos y tan largos como para llegar a sus caderas, ojos marrones claro, de piel blanca como un fantasma, pestañas largas, labios pequeños y pintados de rojo, viste un pantalón negro, con un suéter rojo como sus labios.

-la verdad si-digo al ponerme de pie y ver a sedro junto a ella con diversión en la cara.

-soy Jazmín-se presenta ella, sonrío y me limpio el sucio de la ropa.

-soy Amelia mucho gusto-regreso cordialmente.

-bienvenida al bajo mundo-dice Sedro, miro a los lados y solo me encuentro en un cuarto de con suelo de madera solida, las paredes poseen cuadros, el centro de la cámara lleva una alfombra de oso pardo en el medio, también veo unos pocos libreros, nada más.

-afuera es lo bueno-avisa Jazmín cruzándose de brazos.

-ahora si-expreso, Sedro tiene que bajar un poco la cabeza pues el techo es muy bajo para él.

El gigante saca un cigarro lo enciende y empieza a fumar, nos hace un gesto para seguirlo, se da vuelta y camina hacia la puerta de la habitación, lo obedecemos y encontramos una sala con muebles de madera tapizados de mosaicos llamativos, veo una puerta que nos lleva al exterior. Instintivamente voy hacia allá y Sedro como Jazmín se detienen.

-Amelia cuidado afuera-me advierte Sedro.

Justo cuando cruzo la puerta me detengo en seco, me acabo de tragar lo que le dije a Sedro antes de llegar, no hay suelo, solo una acera de madera y metal bordea el exterior conectando la casa con otras de la misma fila. Miro hacia abajo y solo hay un vacio negro, del otro lado hay más edificios conectados entre ellos por corredores y escaleras, son muy altos, llegan desde la parte más profunda visible hasta la más alta, se juntan con este lado por medio de puentes de un lado al otro, miro hacia arriba y solo veo un techo de piedra rocoso, la luz sobra viniendo de todas las estructuras de este lugar tan raro.

-¿alguien me dice que es esto?-pido caminando hacia atrás poniéndome junto a la puerta. Resumiendo el bajo mundo es una caverna gigante con dos grandes estructuras conectadas por puentes.

-claro, vamos a un lugar más agradable-responde Jazmín saliendo y parándose con naturalidad en la acera junto al abismo.

-cuidado con donde pisas-aconseja el fumador saliendo y estirándose-vamos a donde Atena-solo estudio que tan dolorosa seria la caída que está detrás de ellos, casi no escucho lo que dicen.

-ustedes primero-pido desconfiada, Sedro levanta una ceja y Jazmín se encoje de hombros, ellos se movilizan caminando en la acera por la izquierda, vacilo un momento pero igual tendré que salir tarde o temprano, aprieto los dientes y voy detrás de Sedro y su amiga.

-y no me han explicado nada-les recuerdo.

-es una dimensión alterna, por eso los humanos no la han podido descubrir, estamos en el submundo de algún lugar-explica Sedro dejando ir el humo del cigarrillo.

-de algún lugar… ¿entonces ni ustedes saben dónde estamos?-expreso perpleja.

-pues no, ni nos importa descubrirlo sinceramente, mientras los humanos no nos alcancen todo estará bien-incluye Jazmín peinando su cabello con la mano.

-¿y has traído a Zatir?-pregunto al barbudo examinando el vacio negro a nuestro lado.

-no, pensé que sería mejor que tu lo trajeras, el y yo nos caemos bien, pero jamás va a quererme para que lo escolte por un estrecho camino junto a un abismo negro-contesta convincentemente-como la mayoría de las personas cuerdas y olvide advertirte algo-continua.

-¿qué? –digo rígida, ya que viniendo de él no es algo que se deje pasar.

-por si no veo a Zatir, dile que no se confié de pandillas de chicas vampiro en ningún lado-se ríe para sí.

-y eso es por….

-pueden no ser lo que parecen, de hecho pueden ser mucho peor que las vampiresas comunes, Violeta es un ángel en comparación.

Jazmín retiene una carcajada, ¿es que en este maldito mundo no se puede confiar en nadie? Sedro hace que tenga la impresión de que no.

-se lo diré-aseguro cuando subimos una escalara a la siguiente planta, es un lugar muy peligroso, cuando un abismo sin fondo está en medio, los que tengan vértigo no durarían un segundo aquí. De un momento a otro descubro una plaza en esta planta, escasamente iluminada pero llena de vampiros.

-Atena puede explicarte lo de los cazadores, Jazmín y yo vamos a la disco-anuncia Sedro y su amiga saluda a todos los que pasan.

-¿y donde vive Atena?-pregunto mirando el tacho de la plaza, esto es solo una sección, la torre sigue más arriba.

-en el local, “futuro muy cerca” es imposible que no lo veas-explica Jazmín despidiéndose con la mano y halando a Sedro pidiendo irse.

-¿no pueden ser más específicos?-digo desconcertada.

-si esta…-trata de decir el gigante siendo halado por Jazmín.

-¡no! Perdiste la apuesta, ¡me debes una sesión privada de baile erótico!-exige ella sin soltarlo, Sedro aprieta los dientes con vergüenza. Abro los ojos de par en par, ¡pide poco!

-¡Jazmín cállate!-reclama y se suelta de su agarre solo para arrancar a la vampiresa del suelo, cargarla y correr lejos, posiblemente para que no pueda decir nada embarazoso delante de mí.

Cuando se esfuman empiezo a preocuparme de perderme, miro a todas partes y veo muchas tiendas, avisos de neón y corredores hacia partes internas de este piso. Voy hacia un pasillo puesto a que por los alrededores no veo ningún aviso que diga “futuro muy cerca” dentro del pasillo hay mas negocios y cubículos habitacionales, no sé si alegrarme o asustarme cuando diviso a León parado fuera de un bar con las puertas abiertas, dentro las luces de Baile y el ruido saturarían a cualquiera, el hermano se Zatir ríe acompañado de una chica, pelirroja que cuando me mira asiente hacia León y regresa dentro del local.

El vampiro al verme sonríe desnudando los dientes, en la escasa luz de este corredor su cabello resalta mucho y sus ojos se ven más oscuros, solo que un extraño destello rojizo los hace ser visibles.

-Amelia, sabía que te vería en algún momento, ¿qué haces aquí?-dice poniendo cara de malo aun sonriendo. Mierda… no puedo creer que alguien que sonría con maldad se vea tan bien.

-vine a buscar a una tipa, ¿tú qué haces?-respondo aproximándome.

-lo normal, divertirme, me pagaron hace poco-explica examinándome.

-¿que trabajas?

-cazo para las reservas de comida en las discotecas-sus ojos penetrantes se clavan contra los míos, como si quisiera ver atreves de mi-¿quieres entrar? Te invitare algo.

Esa forma tan intensa de mirarme asusta y me hacen sentir algo llamativa, ¡mierda está mirando mi pecho! Sabía que me invitaba por algo, seguro quiere juguetear conmigo para lograr que tengamos sexo, lo veo en sus ojos, Melnik me dio un buen dato. León no está nada mal…. Pero no estoy de humor para eso.

-no gracias, buscaba un lugar-digo algo inquieta.

-bueno, cuando quieras, ¿y como está mi hermanito el que piensa que me lo voy a comer?-agrega metiendo sus manos en los bolsillos.

-no lo he visto hoy, no creo que debas acercártele, lo pones muy agresivo-frunce una ceja algo irritado.

-siempre ha sido el más desconfiado, incluso antes de su ex, que debió contártelo, nunca confió en mí-hace una pausa antes de continuar retrayendo su enfado-¿qué lugar buscas?

-“futuro muy cerca” algo así dijeron-respondo, mira hacia su derecha en el camino más adelante.

-en el siguiente cruce a la derecha, no hay mucho que decir, esa anciana dice buenos concejos pero no los comparte con cualquiera-dice apretando los labios antes de volverse hacia mí de nuevo.

Sonrió con agrado pero él en cambio me mira con malicia.

-gracias por eso, tal vez venga otra vez-expreso.

-de nada, hazme un favor y quítale la virginidad a Zatir violentamente, necesita ser menos chico bueno y más un vampiro-incluye riéndose para sí mismo.

Pongo los ojos como faros, ¡¿qué clase de hermano pide eso?!

-¿cómo eso lo volverá un vampiro?-exijo saber horrorizada.

-porque lo dejara marcado, eso cambia la personalidad, seguro con eso lo que tiene de “bueno” se acabara, ese tipo de vampiros blandos no terminan muy bien cuando se las ven malas-argumenta divertido de mi reacción-mientras más violenta y ninfomaníacamente mejor

Aun perturbada asiento.

-no sé nada de eso aun, pero no creo que pueda desvirgarlo como quieres-replico.

-tarde o temprano pasara-dice y se voltea al bar-me voy, que te vaya bien.

Luego regresa al interior del local despareciendo, trato de sacar de mi mente lo que dijo. Es imposible evitar hacerme la idea de Zatir… sin ropa, me está asustando lo lejos que puede llegar mi imaginación, trato de pensar en otra cosa cuando sigo la dirección que León me señalo, el primer local del cruce a la derecha, es un local cualquiera pero con el nombre en letras de neón rojas, entro y veo una sala repleta de sillas, el suelo tapado por una alfombra árabe, toda la luz sale de una lámpara amarilla del techo con formas como de las que se usaría en una cena formal. No hay nadie, veo un cubículo más pequeño a un lado de la puerta, revestido por cuadros. Lo rodeo y llego a su puerta, vacilante golpeteo la puerta.

-¿quién?-dice alguien.

-¿aquí vive una anciana llamada Atena?-pregunto y retrocedo de la entrada.

-si-responde y abre, es una verdadera anciana.

Debe tener más de 60 años, su cabello es blanco totalmente recogido den una larga trenza, sus ojos son verde agua, apenas tiene arrugas, lo que más la hacen ver mayor es su pelo, apenas más alta que yo, vestida con una bata negra, esta maquillada y usa labial rojo.

-¿es usted?-digo intrigada.

-no querida, soy el perro de la esquina-dice con sarcasmo e inexpresivo-¡claro que soy yo! No creo que haya muchas otras ancianas por aquí.

Pongo mala cara, perra vieja.

-disculpe entonces.

-por supuesto, ¿qué quiere una vampiresa joven y bella conmigo?-sonó más agradable que hace un segundo.

Me aparto cuando busca sentarse en una de las sillas.

-vine a preguntar sobre los cazadores de vampiros, por curiosidad-suelto mientras ella con cuidado se sienta en la silla junto al cubículo.

-sí, no tengo todo el día, lo explicare rápido, ¿qué tanto sabes de ellos?

-la verdad nada, desde el comienzo-pone los ojos en blanco.

-es simple, ellos fueron el resultado de vampiros que se cruzaron con humanos, estos híbridos tuvieron los poderes de vampiro sin perder la humanidad, con el tiempo se convirtieron en una asociación, ellos empezaron a tratar de proteger a los humanos de los vampiros, el linaje original aun se mantiene, pero debido a que se necesitan más cazadores de los que puede dar el linaje, convierten a humanos en cazadores.

-¿y como lo hacen?

-les dan a beber sangre de cazador, eso les da el poder, pero no los genes, sus hijos serán normales, con los siglos los cazadores desarrollaron métodos para matar, armas ideales y una fuerte sociedad en la que no cualquiera puede entrar, actualmente se abastecen de dinero haciendo trabajos para empresarios, como protección, el gobierno lo prohíbe pero eso no detiene a los que buscan los servicios, es muy difícil saber quien es un cazador, siempre están escondidos con esas malditas mascaras-se detiene y revisa sus largas uñas-por esto muchos vampiros prefieren estar en las torres del abismo.

-¿en las que?

-el agujero donde estamos es el bajo mundo y donde estas parada es las torres del abismo, así se llama esta ciudad.

Ese nombre le queda muy a la medida considerando el agujero en el que estamos.

-gracias por la información.

-¿porque quieres saber?-me tenso.

-por curiosidad, nos vemos señora.

Ella asiente y yo salgo.

Pero… si es por linaje mis padres podrían ser cazadores, pero no veo señal alguna de eso, y si así fuera Temio escondería menos su afición, ya que todos lo haríamos, pero lo más raro, es que eso también me convertiría en cazadora, ¿cómo es posible? No me siento ni veo diferente de otros vampiros, pienso en ello un largo rato hasta que vuelvo al lugar donde Sedro y Jazmín me dejaron.

Debería volver, quiero saber más sobre Temio y su puto secreto, no le tengo miedo pero se otra razón por la que me pone nerviosa, al diablo con Sedro, saco mi celular y le escribo un mensaje:

Lo envió y busco el lugar por donde llegue, ahora cuando lo miro me pregunto cómo volver, de un jalón abro la puertilla en la pared donde veo ese vacío de color raro como en el subterráneo, tomo aire y mentalmente cruzo los dedos porque funcione, me lanzo en el agujero, entonces nuevamente todo se vuelve negro.




votar

No hay comentarios:

Publicar un comentario