Apuestas a las sombras- prologo y cap 1

Lo apostaras todo a las sombras y ya no habrá ocasión para mirar atrás…

Prologo: Cuándo deje de ser inocente

Hace 10 años…

J

adeo atada a una silla donde solo puedo mirar como ese desgraciado viola a mi madre atada a la cama, a mis 9 años es la cosa más horrible que allá visto jamás, para terminar de horrorizarme es necrofilico, mi madre acaba de morir ahorcada por él.

Trato de zafarme, durante los siguientes minutos la soga se debilita y mis pequeñas y delgadas manos logran escurrirse, ahora miro al hombre, recuerdo que mi madre me dio su multiherramienta con la que suele hacer una gran cantidad de tareas, la saco de mi bolsillo y desenfundo la navaja, nadie lastima a mi madre sin sufrir las consecuencias.

Hiervo en ira y aprieto el arma, entonces corro hasta el tipo que se voltea desconcertado y empiezo a apuñalar su espalda  y todo lo que alcance, hay sangre en todas partes, recuerdo que en una película vi a alguien atacar al cuello, entonces encajo la navaja en esa parte y destrozo todo, automáticamente el hombre cae en la cama en medio de un charco de sangre.

Jadeo aun enojada, gruño y trato de recuperar la compostura.

Cuando la policía llega y me preguntan que paso… decido que nadie debe saber que ocurrió, miento afirmando que mi madre murió defendiéndose.

No pretendo pasar mi vida encerrada con un sicólogo, por ello, soy capaz de vivir con este horrendo recuerdo por lo que me queda de vida.

1-Vivir no es vida

Día presente….

C

omo una esclava sin amo, trabajo en el taller que hay en las cercanías de mi casa, bueno, paso casi todo el tiempo ahí, no tengo otra cosa que hacer, solo poner en práctica lo que aprendí tras años de mirar a esos hombres fornidos y cubiertos de acetite trabajar en sus maquinas, solo para ganarme el pan, luego de la muerte de mi madre solo era un fantasma viviente, que caminaba de un lado al otro sin dirección, pero que por alguna razón siguió aquí.

Therckt es una metrópolis apiñada muy cerca, por el centro siempre esta enormemente iluminado y concurrido, pero por las zonas más alejadas los edificios de pocas plantas prosperan, tras un desesperante día de trabajo me limpio el sudor en la frente, suspirando bajo el sol poco clemente.

Este maldito auto esta hecho un incordio, hago todo lo que puedo pero no funciona, le doy una patada al para choque por la indignación. Si tan solo pudiera hacer magia para de un zapatazo poner a andar estos cacharros mis días no serian tan mierda.

Le escupo al capo, convencida que no tiene compón, es imposible hacer que algo que ya murió vuelva a la vida.  

-¡Eris!-me llama Mario, el tipo que trabaja en el auto junto a mí, sonó como si  yo hubiera hecho algo malo.

-¿qué quieres?-pregunto con tono rustico y poco amigable.

-no puedes estar escupiendo y pateando los autos de los clientes-espeta disgustado.

-esta basura no sirve, no importa lo que haga, dile al cliente que se lleve su mierda-pido y lo dejo con la palabra en la boca mientras voy dentro del edificio donde dejamos nuestras cosas.

Entro al lugar donde están los casilleros donde dejamos los objetos que usamos habitualmente. Abro el mío que tiene escrito en el identificador mi apellido “Black” saco los guates de mis manos y los arrojo dentro antes de tomar el botellón de agua y darle un largo y prolongado trago.

Veo mi aspecto cansado en el espejo dentro de casillero, hace algún tiempo coloque un espejo dentro, pero ya no sé porque lo hago, todos los días es lo mismo.

Soy blanca de ojos bicolores, uno es verde y el otro azul claro, mi cabello  ondulado color negro cae sobre mi rostro, las comisuras de los labios las tengo en una línea recta, neutra, donde no muestro emoción alguna, con labios carnosos de un color purpura gastado. Pero ahora me siento fatal, estoy, como siempre, cubierta de sudor y aceite, agotada, con ojeras por mis últimas noches de poco sueño, el uniforme a pesar de ser revelador no me ayuda, sigo sudando como una fuente.

Reviso el pantalón y la franelillas de color negro ambos y yacen salpicados de aceite y grasa. Bufo y dejo todo dentro antes de tomar mi bolso de medio lado antes de salir, camino con cansancio a casa. Luego de la muerte de mi madre termine en un maldito orfanato durante los siguientes infernales 6 años. Solo que tan pronto cumplí los 15 teniendo edad para ser aceptada en algún trabajo, escape una noche lluviosa, espantada de la idea de pasar los tres años faltantes para la mayoría de edad.

A pesar de ser libre ahora con19 años, estoy sola, solo soy yo y nadie más en el mundo, la única familia que tenia era mi madre y se fue hace mucho, ahora me pregunto porque vivo, si a nadie le preocupo es como no existir, deslumbro un auto correr a lo loco que se detiene justo frente a mi casa, un edificio de dos plantas muy gastado.

El auto es de dos puertas, color plata, el vidrio ahumado desciende y veo que es un chico de unos 20 el que lo conduce, posa su brazo en la puerta, me detengo a mirarlo, es muy atractivo, aunque de un modo terrorífico.

Tiene cabello negro como el mío y es muy pálido pero con ojeras pronunciadas, labios rosados y largos, ojos grandes y azules, barbilla delgada y mandíbula igual de delgada. Viste un traje negro.

Al verme nos quedamos contemplándonos en silencio.

5:30 pm.

Sigue mirándome, han pasado cinco minutos y aun está ahí, parado examinando cada detalle de mi, de pronto me guiña el ojo y quedo en shock, mira hacia atrás y arranca, hace una vuelta espectacular y va en sentido opuesto, un camión azul pasa por la siguiente esquina y viene hacia acá, el chico saca un huevo y lo estrella en el parabrisas del blindado, que se tambalea.

 -¡me la pelan!-grita el tipo riendo mientras se aleja.

El conductor del camión se tambalea.

-¡maldito seas Magno!-grita y choca con un poste telefónico

Pongo mala cara y continúo hasta mi casa.

Suspiro al entrar, solo es un cuarto medio grande, con una cama individual junto a la ventana, un baño, mesa de noche, sobre ella un radio y el despertador, el suelo es madera gastada y sucia, no suelo limpiar mucho porque igual odio este sitio. Mi ropa esta apiñada en unas gavetas junto a la puerta donde dejo mi bolso.

Enseguida voy al baño a ducharme, la grasa esta cubriéndome, cuesta mucho sacarla, pero cuando salgo quedo como nueva, suspiro, tomo mi celular y procedo a pedir pizza.

6:00 pm.

Estoy en la cama comiendo galletas a la espera de la pizza mientras escucho la radio, mi habitación es muy oscura, apenas hay luz en la noche, la única es la lámpara en medio del cuarto con una luz naranjada.

Mis pensamientos vagan hasta ese tipo que hizo estrellar el camión, era muy atractivo, la ambulancia se llevo al conductor luego del choque.

6:10 pm.

El conductor está muerto, la radio lo anuncia, suspiro, vaya vida, termino las galletas y empiezo a peinar mi cabello.

Ya no me preocupa mi futuro, hace tiempo que deje eso atrás, de pronto la puerta suena, voy a ver, esperando que sea mi pizza, ojala, abro emocionada y descubro no solo la pizza sino que está sobre un paquete negro.

Eso me extraña, yo nunca recibo nada. No tengo a nadie que me envié, tomo los paquetes y entro, pongo la caja con la pizza en la cama y reviso el extraño paquete. Sosteniendo el aliento lo abro.

espero que les haya gustado, dejen un comentario por favor, me gusta mejorar XD